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En un siniestro de magnitudes que recuerdan la trágica experiencia vivida por las víctimas de Cromañón en 2004, al cierre de esta edición al menos cien personas murieron en un incendio que se desató en un restaurante, en la ciudad rusa de Perm, por una explosión accidental de fuegos pirotécnicos. La localidad está ubicada en los Urales, a unos 1400 kilómetros al Este de Moscú y tiene 1,3 millón de habitantes.

“El accidente fue causado por la violación de las instrucciones para lanzamiento de fuegos pirotécnicos”, dijo Vladimir Markin, investigador de la fiscalía rusa, citado por Interfax. De este modo, las primeras investigaciones habrían descartado la hipótesis de un atentado terrorista en el local. Además, la mayoría de las víctimas presentó quemaduras e intoxicación por la inhalación de monóxido de carbono, según indicó Markin.

Las autoridades de protección civil de ese distrito informaron que de las 200 personas que se encontraban celebrando un evento corporativo unas 68 resultaron heridas por el pánico desatado en el local como consecuencia de las llamas. Las personas que se encontraban en el lugar eran, en su mayoría, empleados del café que festejaban el octavo aniversario del bar junto a sus familias.

“La explosión ocurrió en el café llamado El Caballo Cojo, en Perm”, indicó en la noche de ayer la agencia Interfax citando a un funcionario de la policía. Igor Orlov, ministro de Seguridad de la región de Perm, declaró que “los cuerpos fueron evacuados del lugar de la explosión”, y el ministro de Situaciones de Emergencia confirmó 86 muertos, aunque admitió que el balance total era impreciso aún.

La agencia ITAR-TASS comunicó que la explosión se produjo en el café donde había unas 200 personas.

Unas 60 personas fueron hospitalizadas de urgencia, indicó un responsable regional de los servicios de urgencia. La explosión creó un movimiento de pánico y una estampida en el café, según la misma fuente.