SOCIEDAD › RIO NEGRO APROBO UNA LEY QUE RECONOCE A LAS PAREJAS GAYS

La unión civil llegó a la Patagonia

Después de la iniciativa en la Capital, Río Negro se convirtió en la primera provincia en legalizar las uniones homosexuales.No habrá un registro. Rige para toda la administración pública.

Por Mariana Carbajal
@En el recinto nadie colgó banderas del arco iris. Ni hubo lágrimas de emoción ni besos de felicidad entre bocas del mismo sexo. Porque en la comunidad gay de Río Negro, por temor a la estigmatización, sólo una activista lesbiana se anima a dar la cara con su nombre y su apellido. Sin embargo, en semejante contexto, la provincia patagónica se convirtió ayer en la primera del país en reconocer legalmente a las parejas homosexuales y otorgarle los mismos derechos que a los concubinos. La ley fue apoyada por todos los bloques y sólo un diputado justicialista votó en contra.
“La sanción es importante básicamente porque se va a empezar a hablar sobre la homosexualidad y el lesbianismo en la provincia y se va a visibilizar un tema que se oculta. La situación en Río Negro es muy distinta de la de la ciudad de Buenos Aires”, señaló a Página/12 Mirta Pedrieri, del Colectivo Amancay, la única activista gay de la provincia que expone en los medios su orientación sexual. Como se trata de un parlamento unicameral, el proyecto debe someterse a una segunda votación, que podría realizarse la semana próxima. Pero por el apoyo mayoritario que tuvo, se descarta que se volverá a aprobar sin obstáculos.
La norma establece que las parejas del mismo sexo “podrán efectuar una declaración jurada que certifique su convivencia ante el Juzgado de Paz”. El trámite se deberá realizar en presencia de dos testigos. No podrán hacerlo los menores de 18 años, los incapaces, aquellos que estén unidos por algún parentesco sanguíneo, las personas casadas o en concubinato. La declaración jurada les permitirá ejercer todos los derechos y obligaciones que la legislación provincial establezca para las parejas convivientes. Aunque los términos son semejantes a los de la ley porteña, en términos relativos, su impacto podría ser mayor, pues tiene alcance sobre toda la administración provincial –principal empleadora del territorio rionegrino–, es decir, alcanza a docentes, policías, funcionarios judiciales, empleados públicos y médicos que tengan parejas de su mismo sexo. Concretamente, si uno de los integrantes trabaja para el Estado provincial podrá extenderle a su pareja la cobertura de la obra social, que es la más grande de Río Negro; también inscribirse en forma conjunta para acceder a una casa del Instituto Provincial de la Vivienda y sumar puntaje entre los dos para conseguirla; gozar de licencia en caso de enfermedad del conviviente; y tener acceso a la terapia intensiva cuando uno de los dos esté internado.
A diferencia de la ley porteña, no alcanza a las parejas heterosexuales ni crea un registro para que se inscriban las uniones. “Al principio estaba contemplado un registro, pero por las características de Viedma, que es una ciudad muy chica, y de los pueblos del interior, que son aún menores, iba a ser muy discriminador y estigmatizante. Consideramos más adecuado que tengan que ir a un juzgado de paz como las parejas de concubinos”, explicó Regina Kluz, la única diputada provincial del Frente Grande, autora de la iniciativa.
“Hay tanto temor entre homosexuales y lesbianas a ser discriminados y perder su trabajo o sus afectos que seguramente por dos años o más no va a haber ninguna unión”, pronosticó Pedrieri. Tal invisibilidad explica que no hayan sido organizaciones de gays las promotoras de la ley, como en la ciudad de Buenos Aires. El texto fue aprobado en las comisiones de Asuntos Sociales, Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Labor Parlamentaria. Llamativamente, no hubo voces en contra. Así, con bajo perfil y sin demasiada difusión, la iniciativa llegó a la sesión del jueves y finalmente fue aprobada en la madrugada de ayer. Sólo el veterano diputado justicialista Sigifredo Ibánez votó en contra y fundamentó su posición con argumentos tales como que la homosexualidad es “antinatural” y la ley “va en contra de la familia y de todos los preceptos bíblicos”. Pedrieri estuvo entre el público acompañada por cuatro anónimos militantes homosexuales y una lesbiana. No hubo carteles de apoyo ni banderas delarco iris. El temor a la estigmatización fue mayor que las ganas de expresar la euforia por el esperado reconocimiento.

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La Legislatura aprobó el proyecto con la única oposición de un veterano diputado justicialista.
 
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