SOCIEDAD
La policía espera luz verde para hacer una redada por María Marta
Impacientes, los investigadores esperan que el fiscal autorice entre 10 y 15 detenciones. Pero todo indica que tendrán que esperar unos días más hasta que se reúnan “pruebas suficientes”.
Por Carlos Rodríguez y Raúl Kollman
Como si el asesinato de María Marta García Belsunce fuera una historia de suspenso en capítulos, con la intriga forzada de las telenovelas, las diez o quince detenciones que viene pidiendo la policía desde hace días seguirán demoradas cuando menos hasta la semana entrante. El fiscal Diego Molina Pico insiste en que todavía no hay “pruebas suficientes” como para estacionar el celular de culata frente a la otrora apacible puerta de ingreso al country Carmel de Pilar, donde María Marta supo vivir con discreción y retirarse de la escena dejando tras de sí un escándalo de incierta resolución. Fuentes de la investigación dejaron trascender la creciente impaciencia de la policía, que esperaba este fin de semana la detención de todo el misterioso clan femenino que rodeaba a María Marta y de parte del entorno familiar, las primeras sospechadas por el crimen propiamente dicho y los segundos por el encubrimiento.
Para los investigadores policiales, la forma correcta de actuar frente a un caso de tan difícil resolución era imitar lo que hizo el juez Julio Lucini en la causa donde se investiga la existencia de una organización dedicada a falsificar certificados de defunción: meter presos a todos, interrogarlos sin anestesia y analizar después quién queda y quién sale. Esa no es la postura del fiscal Molina Pico, quien prefiere la prudencia, aunque pueda parecer excesiva. El fiscal se mantiene equidistante de la ansiedad policial y de las presiones de la familia, obsesionada todavía por frenar los efectos de un escándalo definitivamente instalado.
Los investigadores policiales, encabezados por el comisario Aníbal Degastaldi, confían en que la detención de las amigas de María Marta y de algunos familiares redundaría en beneficio del esclarecimiento, porque se producirían contradicciones y hasta “quiebres” que conduzcan a la resolución del caso. El allanamiento en la casa de Carmen Piazza, la vecina de María Marta, no arrojó, en principio, el resultado esperado: encontraron un arma, pero es una pistola calibre 22 y no calibre 32 como la que fue usada en el crimen.
De todos modos, Piazza seguiría en la mira porque se supone que tenía una oculta rivalidad con la víctima. Se habla de un problema de celos o de odio, porque María Marta sería la causante de que Piazza se haya separado de su esposo. Nadie piensa en una relación entre el hombre y la víctima, sino en la posibilidad de un “consejo de amiga” para que el ex esposo de Piazza dejara el hogar que compartía con su cónyuge. Todos los datos habrían sido aportados a la causa por la terapeuta que acompañaba a Piazza y que estuvo con posterioridad en la escena del crimen, cumpliendo un rol que todavía sigue en el misterio. Es la mujer que unos indican que vestía de rosa y otros de lila, pero que todos señalan como testigo importante. La hipótesis del crimen pasional sigue en pie, mientras avanza la causa que busca arrojar luz en la vinculación que María Marta tenía con los hermanos Rohm, del Banco General de Negocios. Hay que seguir pegados a la noticia para saber cómo continúa esta historia real que supera cualquier ficción.