SOCIEDAD › REACCIONES A LA SUPUESTA CLONACION DE LOS RAELIANOS
Entre la incredulidad y el repudio
“Sin datos científicos se debe ser muy, muy escéptico”, opinó Robert Lanza, uno de los responsables de la empresa privada de investigaciones genéticas Advanced Cell Technology, frente al anuncio de la secta de los raelianos sobre el presunto nacimiento de una beba, clon de su madre, a la que llaman Eva. A pesar de las dudas razonables de los científicos, los políticos y la Curia expresaron su rechazo a la posibilidad de que la criatura haya nacido realmente. El senador Bill Frist, nuevo jefe de la mayoría republicana del Senado estadounidense, dijo que el anuncio de la firma Clonaid “sirve de recordatorio aterrador de que hay individuos que siguen tratando de clonar seres humanos”. Aunque en Estados Unidos no hay una ley específica que prohíba la clonación humana, la Dirección de Alimentos y Medicamentos (FDA) sostiene que sus regulaciones la impiden, sin permiso previo de esa agencia, que ya abrió una investigación para saber si Clonaid la realizó, ilegalmente, en los Estados Unidos.
Robert Lanza, médico de la Advanced Cell Technology, de Massachusetts (Boston), dijo que Clonaid “no tiene credibilidad científica” para que se tome en serio su anuncio de una clonación exitosa. “He aquí un grupo que no tiene ningún antecedente científico, jamás publicó el menor resultado de investigaciones ni tiene ninguna experiencia en ese terreno. ¡Ni siquiera clonaron antes un ratón o un conejo!”, aseguró Lanza. Por su parte, Mark Westhusin, profesor de la Universidad A&M de Texas que ha clonado vacunos y gatos, señaló que “no existen suficientes estudios sobre animales como para verificar la seguridad del procedimiento”.
Nathan Diament, director de la Unión de Congregaciones Judías Ortodoxas de EE.UU., resaltó que los dirigentes políticos y religiosos del país hayan reaccionado con horror frente al anuncio de Clonaid. Los judíos ortodoxos se oponen a la reproducción humana por clonación, pero apoyan el uso de la técnica para el desarrollo de tratamientos médicos de enfermedades, mientras que la Convención de Bautistas del Sur, una de las mayores congregaciones cristianas de EE.UU., expresó su rechazo al anuncio de la científica Brigitte Boisselier, obispo de la secta raeliana.
También el Vaticano levantó su voz en contra la posible clonación. “No hay elementos de prueba aún (...), pero el simple anuncio es la expresión de una mentalidad brutal, privada de cualquier consideración ética o humana”, dijo la Iglesia romana a través de una declaración firmada por su portavoz, Joaquín Navarro Valls. El vicepresidente de la pontificia Academia para la Vida, el obispo Elio Sgreccia, censuró la clonación por ser “un ataque a la vida”. Sgreccia sostuvo que clonar seres humanos “está en los límites de la piratería científica” y estimó que los científicos “deben ser los primeros en oponerse a este crimen y condenarlo”.
En forma simultánea se conocieron expresiones de condena de distintos obispos o funcionarios latinoamericanos. El cardenal del Perú, Juan Luis Cipriani, afirmó que el hecho de que “el hombre y la mujer, en nombre de la ciencia, generen una vida a nivel de laboratorio es una blasfemia y la burla de un hombre que quiere ser Dios”. Expresiones similares fueron dadas a conocer por la Conferencia del Episcopado Mexicano, el obispo católico uruguayo Pablo Galimberti, el religioso boliviano Mateo Garau y el ministro de Salud de Bolivia, Javier Torres Goitia.
Mientras tanto, los científicos coincidieron en poner en duda la supuesta clonación. “Yo no creo ni por un segundo que lo hayan hecho”, dijo Tanja Dominko, experta en clonación de la firma Cellthera, de Massachusetts. Dominko se basó en la endeblez del anuncio realizado en Florida sobre el nacimiento de “Eva”. Boisselier, química de formación, apenas suministró muy pocos detalles de un emprendimiento llevado a cabo en la clandestinidad, no mostró fotos ni videos del bebé ni la menor prueba documental que apoyara sus dichos.
El genetista francés Axel Kahn opinó que “se trata única y simplemente de propaganda”. El profesor Glenn McGee, del Centro de Bioética de la Universidad de Pensilvania recordó que la tasa de fracasos de la clonación de mamíferos simples (vacas, ratones, cerdos) es de 97 por ciento. Por esoestimó que es imposible que semejante proeza científica pudiera ser realizada en el actual estado del conocimiento. “Hasta el momento, nadie logró clonar a un primate”, precisó McGee. Michael Guillen, ex periodista científico de la cadena ABC y físico-matemático de formación, prometió ocuparse de demostrar si el experimento es verdad o apenas una farsa. Irá al domicilio de los padres con un experto genetista de fama mundial para extraer muestras de ADN de la pequeña y de su madre.