El vuelco de un auto en la autopista Buenos Aires-La Plata los había puesto en acción para llevar las imágenes a los televidentes sobre el “caos en el tránsito” y regresaban al aeropuerto de San Fernando con el trabajo terminado. Los vecinos de Villa Martelli que viven cerca de la autopista Panamericana, acostumbrados a escuchar cada mañana y tarde el pasar de los helicópteros que llegan para informar sobre el tránsito, no podían creer que el impacto que escucharon, la explosión y el fuego posterior habían llegado del cielo. El piloto Enrique Miguel Vila, de 51 años, y el camarógrafo del canal C5N Fernando González, de 25 años, murieron ayer al caer el helicóptero en el que se trasladaban al impactar contra una medianera, en un barrio del partido de Vicente López, a media cuadra de una escuela y un jardín de infantes. El accidente ocurrió a las 9 de la mañana. Los peritos forenses indicaron que la muerte de los dos hombres fue producto del golpe de la caída y no por la explosión y el fuego, que envolvió a la aeronave por varios minutos. Desde la Administración Nacional de Aviación (ANAC) señalaron que el helicóptero tenía las habilitaciones en regla y se iniciaron las investigaciones para conocer los motivos de la caída.

“¿Cayó acá?”, “¿Qué pasó con los chicos que venían adentro?”, “¿No había nadie en la casa?”. Durante todo el día, los vecinos de Villa Martelli repitieron las mismas preguntas parados frente a las dos casas ubicadas a mitad de cuadra de la calle Güemes al 3300, donde el helicóptero se precipitó a las 9 e impactó contra la medianera por lo que se produjo una explosión que envolvió de fuego a la aeronave.

Según informaron desde el canal C5N, Vila y Fernández se habían trasladado en el helicóptero para cubrir un vuelco en la Autopista Buenos Aires-La Plata. Al regreso, el piloto se comunicó con el canal por un problema que tenían con la cámara de filmación de Fernández y realizaron una parada en el helipuerto de Puerto Madero para revisar ese desperfecto técnico. Después, retomaron vuelo rumbo al aeropuerto de San Fernando, donde terminaría el recorrido. Ese camino fue el que finalizó en accidente, sin que se registrara ningún pedido de auxilio por parte de la aeronave.

Desde la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) informaron que el helicóptero de C5N –una máquina de origen alemán modelo Bo 105– “contaba con la habilitación correspondiente, con vigencia hasta el 31 de agosto de 2010” y que Vila contaba “con la habilitación correspondiente para la aeronave Bo 105 y con la certificación psicofísica vigente”. El vocero de la Fuerza Aérea, Mariano Mohaupt, señaló que comenzaron todos los peritajes para determinar cuáles fueron las causas del accidente, entre ellos el registro de la caja negra, pero advirtió que los resultados de las pesquisas “van a demorar meses”.

Después de que unas tres dotaciones de bomberos pertenecientes al cuartel de Vicente López controlaran el fuego provocado por la explosión, sólo quedó el olor a combustible, los pedazos de plástico de la carcaza de la aeronave sobre el jardín de las casas, las tejas arrancadas en el techo de una de ellas, que tiene una planta alta, y los árboles de la vereda con ramas arrancadas. Los elementos invitaban a los vecinos a contar su testimonio. “Vivo a cuatro cuadras, cerca de la autopista, y pude ver cómo el helicóptero venía haciendo zigzag. ‘Se va a caer’, me dijo una vecina. Después, se detuvo en el aire y se desplomó. Comencé a ver una columna de humo negro”, contó Patricia.

“Escuché el ruido del motor y salí de mi casa. Vi pasar el helicóptero por arriba mío, en dirección hacia Panamericana, y de repente se perdió entre los techos”, señaló otro vecino que vive a una cuadra del lugar del accidente. Un tercero aseguraba que el helicóptero quedó con la cabina apoyada contra la ventana de una de las casas y la cola hacia la calle y presumía que una de las hélices había impactado contra el techo. “Estaba viendo un partido del Mundial. Primero no presté atención porque mañana y tarde pasaban los helicópteros que cubren el tránsito en la Panamericana o en la General Paz. Después escuché una explosión, pensé que era un camión”, relató Norma, a dos casas del lugar de la caída.

El dueño del canal C5N, Daniel Hadad, llegó al lugar del accidente. “Es un día de luto para la familia periodística, ya que Fernández llevaba sólo tres años en la profesión y su padre y su hermano también trabajan en el canal”, contó Hadad. Además destacó la experiencia de 15 años del piloto de la aeronave, con la que se perdió comunicación “durante tres minutos”. “Hizo lo posible para evitar caer en un lugar donde hubiera gente.” “Fue una tragedia que podría haber sido más grande porque muy cerca hay una escuela”, destacó el empresario.

“Por los hechos por todos conocidos, se suspende el baile de hoy”, informaba ayer un cartel en la Escuela Nº11. “Los alumnos de primer y segundo grado estaban en el patio en la clase de gimnasia cuando el helicóptero apareció y el piloto desde arriba les pedía que se corran porque estaba fuera de control”, contó la presidenta de la cooperadora. “Tuvimos un angelito que nos salvó”, agradeció Alicia, secretaria del Jardín 904, ubicada detrás de la escuela, al que ayer a la mañana habían asistido 60 niños.

Informe: Nahuel Lag.