“Escuché el ruido del motor y salí a la esquina del almacén. Cuando vi que el helicóptero cayó empecé a calcular dónde y salí corriendo a la casa de mi hija.” Francisco Stanic es un viejo vecino de Villa Martelli y el padre de Sonia, la dueña del techo de la casa contra la que impactó una hélice del helicóptero y de la medianera sobre lo que se desplomó. Ella había regresado de llevar a sus hijas al jardín maternal y su esposo se había ido a trabajar quince minutos antes. “Escuché el ruido del motor y después el impacto. Por la ventana veía un resplandor naranja de las llamas y corrí a bajar la persiana de adelante que estaba entreabierta”, relató Sonia. Con la máquina incendiándose en la puerta de su casa, sin luz para abrir el portón y sin teléfono, tomó el celular y llamó a su madre en busca de ayuda. En la casa de al lado, con una de las hélices incendiándose en la entrada, Estela no prestó atención al fuego y corrió asfixiada hacia la calle. “No te estoy cargando: ¡se cayó un helicóptero en la puerta de tu casa!”, le informaron a Sergio desde el celular de su esposa Estela que no podía hablar por los nervios. “Los daños se arreglan, el susto paso. Las dos vidas no se recuperan”, lamentó Sonia.