[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

En una misma ordenanza, el Concejo Deliberante de la localidad pampeana de Victorica prohibió la habilitación de nuevos cabarets, pero permitió el ingreso de menores al único local de ese tipo habilitado en la comuna y la construcción en ese lugar de dormitorios para el ejercicio de la prostitución. “Es una situación muy complicada con un final inesperado”, reconoció el intendente Hugo Kenny. Originalmente, explicó, el Concejo “apuntaba a prohibir que se habiliten nuevos locales nocturnos sospechados del ejercicio de la prostitución, como cabarets, pubs o whiskerías”.

De acuerdo con el intendente, la Comisión de Derechos Humanos del Concejo Deliberante procuraba “seguir la línea a nivel nacional de prevenir la trata de personas y también continuar con el trabajo que se comenzó en Santa Rosa, y se sigue en la provincia, de cerrar aquellos locales sospechados de ejercicio de la prostitución”.

Con esa intención, la ordenanza prohíbe al municipio otorgar nuevas licencias de whiskerías y clubes nocturnos en el pueblo de 6500 habitantes. Sin embargo, en su artículo cuarto, deroga la ordenanza 424, algunos artículos de la 1150 y la ordenanza 1236. La primera de ellas, ahora sin efecto, prohibía la construcción de dormitorios anexos o contiguos al salón, que tenían como finalidad una relación directa con el cliente y el ejercicio de la prostitución. La 1150, que también quedó sin efecto, prohibía el ingreso o permanencia de menores de 18 años en los cabarets, clubes nocturnos o pubs y también la presencia de menores de 15 años en confiterías después de la 1 de la mañana.

“Ahora, los menores de 18 años podrán ingresar al cabaret del pueblo y ni la policía puede retirar al menor porque no tiene una legislación que la obligue a hacerlo, ni el municipio puede labrar un acta al local, por vulnerar esa prohibición, de manera que estamos ante una situación delicada y complicada”, reconoció el intendente.

Cuando la ordenanza de la polémica fue aprobada, Kenny la vetó parcialmente y la reenvió al Concejo Deliberante, pero allí, con el voto de los dos tercios del cuerpo, la norma quedó aprobada tal como lo había sido en un principio.