Fuertes rechazos recibió el proyectado aumento del impuesto por Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) que, por un monto promedio del 22 por ciento y un tope del 30 por ciento, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires envió a la Legislatura. Los criterios aducidos por el Ejecutivo son “la inflación” y “adecuar las valuaciones a los valores de mercado”. Legisladores de la oposición señalan que “el proyecto modifica la estructura impositiva de la ciudad y no corrige las injusticias que el propio Macri instauró a partir de 2008”; que “no hay por qué aumentar impuestos cuando el presupuesto porteño es el más elevado de la historia”; observan que “al mismo tiempo, el gobierno deberá pagar 60 millones de dólares por préstamos usurarios que pidió y no utiliza”; que “Macri quiere pagarse la campaña presidencial” y que “quiere aumentar mientras deja de gastar en salud, educación, vivienda y subtes”. El nuevo impuesto deberá ser aprobado por la Legislatura, lo cual requiere una mayoría especial de la mitad más uno de los 60 diputados.

El diputado Sergio Abrevaya (Coalición Cívica) advirtió que “Macri insiste en aumentar impuestos cuando ya en 2007, con el apoyo de Jorge Telerman, había conseguido votar un aumento en el ABL que generó muchas situaciones injustas, las cuales persisten. Por ejemplo, hay casas espectaculares, como puede serlo un petit hotel en Barrio Parque, que pagan una muy baja suma en concepto de ABL por el solo hecho de ser antiguas”.

Para Abrevaya, el aumento requerido “implica modificar la estructura de impuestos de la ciudad: hoy, Ingresos Brutos más el impuesto de Sellos, que se actualizan automáticamente, constituyen el 70 por ciento de la recaudación; es decir que la ciudad basa su estructura recaudatoria en el propio movimiento económico. Aumentar hasta el 30 por ciento los impuestos implica cambiar esa estructura”. “Este mismo año –agregó Abrevaya– se constituyó en la Legislatura la Comisión de Referencia Tributaria, para discutir la cuestión de fondo de cómo cobrar el ABL, pero el Ejecutivo porteño no la alimentó con las informaciones necesarias.”

Eduardo Epszteyn, legislador por Diálogo por Buenos Aires, sostuvo que el aumento “no tiene fundamento. Estamos ante el presupuesto más alto en la historia de la ciudad, y se plantea un aumento de ABL antes de que se realice el censo casa por casa que el Gobierno de la Ciudad prometió en busca de equidad impositiva. El ‘valor inmobiliario de referencia’ (VIR) que aduce el gobierno porteño no es confiable ni equitativo”.

Epszteyn destacó que “se plantea aumentar los impuestos en un contexto económico donde el presupuesto de la ciudad supera los 20 mil millones de pesos, se acerca a los seis mil millones de dólares, casi el doble que el presupuesto histórico de tres o cuatro mil millones” y denunció que “este aumento impositivo prácticamente equivale al valor del interés que la ciudad deberá pagar por el endeudamiento del Bono Tango: Macri contrajo esa deuda bajo una tasa altísima, del 12,5 por ciento anual, para obras del subte que todavía no se licitaron: el dinero está inmóvil en el banco, pagando un interés de 60 millones de dólares anuales, lo mismo que el gobierno obtendría por este impuesto”.

El legislador Aníbal Ibarra, del mismo partido, sostuvo que “con este nuevo aumento de impuestos, lo que quiere hacer Macri es pagarse la campaña presidencial. Su gobierno tiene el presupuesto más alto de la historia pero, como no le alcanza, vende patrimonio y se endeuda cada vez más”. Ibarra recordó que “cuando Macri era opositor decía que había que bajar los impuestos, durante su campaña prometió que no los iba a subir, pero cuando llegó al gobierno aumentó el ABL un ciento por ciento en promedio y poco después también subió Ingresos Brutos”.

También Daniel Filmus, senador por la ciudad de Buenos Aires, criticó la iniciativa: “Mientras no gasta en salud, educación, viviendas y subtes, Macri quiere aumentar los impuestos que seguramente engrosarán el gasto político, la publicidad y el beneficio de los concesionarios amigos”.

El Gobierno de la Ciudad anunció un aumento en el ABL de “entre el 22 y el 30 por ciento”, a partir del 1º de enero de 2011. Néstor Grindetti, ministro de Hacienda de la Ciudad, sostuvo que “es un ajuste por inflación” y que “va a afectar menos a los que más fueron afectados por el incremento de 2008”. El gobierno porteño procuraría acercar la valuación fiscal al denominado Valor Inmobiliario de Referencia (VIR), estimado por el propio Ejecutivo de la ciudad, para el cual las valuaciones fiscales están un 20 por ciento por debajo del mercado. El promedio de aumento sería del 22 por ciento, con un tope del 30 por ciento; algunas propiedades no verían modificadas sus boletas. La proporción de aumento dependerá en cada caso de la diferencia entre la valuación fiscal y el VIR.

La Ley Tarifaria, en la que se incluirían estos aumentos, requiere una mayoría especial de la mitad más uno de la Legislatura y debiera votarse en los próximos meses, junto con la Ley de Presupuesto.