El incendio forestal que se inició el jueves cerca de la ciudad portuaria de Haifa, en el norte de Israel, provocó ya 41 muertos, en tanto que el fuego continuaba fuera de control. Las llamas, avivadas por el viento del mar, se propagaron entre el Monte Carmelo a los suburbios de Haifa y pudo extenderse debido a la prolongada sequía, que afecta al país desde hace varios meses, y a las altas temperaturas, que rondan los 28 grados.

El avance del incendio obligó ayer a evacuar otra prisión donde se encuentran detenidos cientos de palestinos. La mayoría de las víctimas mortales registradas eran guardias que iban a evacuar a 500 presos de una cárcel y cuyo ómnibus quedó atrapado en medio del incendio tras chocar con un árbol caído.

De acuerdo con las autoridades carcelarias, hasta el momento fueron evacuados 17.000 personas, entre ellas 900 presos de dos penales. En tanto, comenzaron a llegar a Israel los primeros hidroaviones de los 20 que fueron ofrecidos por la comunidad internacional para colaborar con la extinción de las llamas. El incendio, que se calcula que es el más grande de la historia de Israel, destruyó una superficie de 30 kilómetros cuadrados, con unos 1,5 millón de árboles.