Jueves, 28 de abril de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › ATERRIZO EN PUERTO MADERO, FUE DEMORADO Y TERMINO CON UNA CAUSA EN LA JUSTICIA FEDERAL
El hombre, que era filmado desde un helicóptero para un comercial, cumplió el sueño de volar sobre embotellamientos.
Hernán Pitocco hizo realidad ayer el sueño de miles de conductores atascados en el caótico tránsito porteño. Temprano, en plena hora pico, despegó desde la esquina de Belgrano y la 9 de Julio en su parapente impulsado por una hélice. Después de pasearse cerca del edificio del Ministerio de Desarrollo Social, el Teatro Colón y el Obelisco aterrizó en Puerto Madero y fue detenido por la Prefectura Naval. “Yo planifiqué el lugar de despegue y un circuito de vuelo que no afectara el tráfico aéreo ni la seguridad de nadie”, explicó Pito-cco, de traje y corbata y con un casco de la empresa de bebidas energizantes para la que filmaba un comercial. “Llegaba tarde a una reunión y no me quedó otra que salir volando por el tránsito”, bromeó el parapentista mientras lo detenían en el dique 3 de Puerto Madero. Anoche continuaba demorado, con una causa en la Justicia Federal, por “violar el espacio aéreo”, ya que no contaba con permiso para volar y llegó a utilizar la ruta que suele usar la Presidenta para ir en helicóptero hasta la Casa Rosada.
Este profesional cordobés de 31 años, que vuela desde los 16 y viene de competir en Colombia en enero pasado, fue seguido por un helicóptero que filmaba todo el recorrido. Despegó en medio de la congestión generada por la protesta de la comunidad qom de Formosa, cargando en sus espaldas una hélice de más de un metro de largo con un pequeño motor de 26 kilos y 28 caballos de potencia.
Según explicó después, voló un kilómetro “entre los 100 y 400 metros” de altura. “Las condiciones meteorológicas eran favorables y se hizo exactamente lo que estaba planteado. No soy un improvisado ni un loquito”, dijo Pitocco. Sobre el vuelo en sí, el parapentista describió: “Desde arriba vi piquetes, embotellamientos, las luces de los edificios, el río. La vista de Buenos Aires era increíble y toda la gente que caminaba me saludaba contenta y creo que fue una cosa agradable para el público. En realidad, nadie se sintió atacado ni nada por el estilo”.
El lugar exacto del descenso fue la calle Pierina Dealessi al 800, en Puerto Madero, a las 9, y de inmediato fue detenido por la Prefectura. Pitocco aseguró ayer que no violó la seguridad aérea, porque en ningún momento se acercó a la pista de Aeroparque. “Los aviones entran cerca del río, por lo menos a tres kilómetros de donde estaba yo. Si desde la torre de Aeroparque me vieron estarían preocupados porque no sabrían qué iba a hacer, pero yo sabía que no estaba interfiriendo con ellos”, comentó.
En la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) opinaron distinto. En diálogo con Página/12 , una fuente explicó que el helicóptero de la empresa Modena, alquilado por la marca de bebidas energizantes Red Bull, había pedido autorización para sobrevolar Buenos Aires, “pero no para seguir a alguien que estaba cometiendo un delito federal, como la violación del espacio aéreo”. Además, según la fuente, las maniobras de Pitocco no eran totalmente “inofensivas”.
“Por más que el parapentista diga que no afectó la seguridad, él no sabía si alguien había pedido permiso para sobrevolar por el microcentro al mismo tiempo. ¿Qué hubiera pasado si la policía pedía permiso para trasladar a un herido como suele ocurrir? Y por otro lado, cuando entró en Puerto Madero estuvo sobre la ruta aérea que usa la presidenta Cristina Kirchner para venir en helicóptero desde la quinta de Olivos a la Casa Rosada. ¡Y a una hora a la que suele volar ella! Es decir, que puso en riesgo su vida y la de otras personas mientras filmaba esa publicidad”, dijo la fuente de la ANAC.
A este organismo, por la tarde, llegaron los pedidos de informe del Juzgado Federal a cargo María Servini de Cubría. “No tenía el test psicofísico aprobado, así que no estaba habilitado a volar ese parapente. Esto es más grave de lo que parece”, indicó la persona consultada en la ANAC. Por su parte, Pitocco insistió ayer en que “la idea era reflejar el sueño de cualquiera que está atrapado en el tránsito y poder salir volando”. Se defendió argumentando que tiene “experiencia en Europa con vuelos de este tipo”. Sin embargo, aclaró que allá esos vuelos sí estaban autorizados.
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