“Sacó una kipá de adentro de su mochila, hizo ademanes obscenos alegando que la única solución era quemar las sinagogas y a los judíos. Después levantó un palo y en una ráfaga me pegó. Me dejó la oreja colgando, y si me agarra en la cabeza con ese palo, que era de obra, me mata.” Con estas palabras, Daniel, un judío ortodoxo, recordó ayer la agresión que recibió el sábado pasado en la puerta del templo de la Comunidad Israelita Ortodoxa, en Argerich al 300 de la ciudad de Buenos Aires. El agresor, de unos 25 años, intentó ingresar al templo, pero fue detenido por otros religiosos. Daniel, de 40 años, fue trasladado al Hospital Alvarez, donde le suturaron la herida. “Trato de pensar con qué fin hacía eso y no me queda más que pensar que era una persona mandada, con mucha ideología nazi”, declaró ayer la víctima, quien al realizar la denuncia entregó un video que permite identificar al agresor, que está prófugo. La AMIA y la DAIA expresaron ayer su preocupación y también su repudio al ataque perpetrado a poco de festejarse el año nuevo judío.