SOCIEDAD › HOY DECLARA LA NOVIA DE CUELLO Y PODRíA DESMORONAR SU DEFENSA

Con la coartada en veremos

Por el momento no hay pruebas concretas que permitan acusar a Adalberto Cuello por el crimen del chiquito Tomás. Pero algunos indicios apuntan en su contra. Hoy, su novia ampliará su declaración. Especulan con que podría decir que no estuvo con él.

Ni ADN, ni arma, ni nada. La falta de pruebas en el crimen de Tomás Santillán, el chico de 9 años asesinado el martes pasado, complica el trabajo de los investigadores, que esperan avanzar esta semana con nuevos peritajes. Interrogado el sábado pasado, Adalberto Cuello, único detenido por la causa y ex pareja de la madre del niño, admitió que odiaba “al pibe”, pero insistió en su inocencia. Sin embargo, su coartada podría derrumbarse hoy si su actual novia, María Inés Gastaldi –que pidió ampliar su declaración–, desmiente que a la hora del homicidio hayan estado juntos, como sostuvo el viernes pasado. Mientras el pueblo, conmocionado, continúa sin actividades culturales ni deportivas en el marco de un duelo dispuesto por la comuna, Leonor, mamá del niño, se refugió en otro domicilio, para escapar de la presión mediática.

“Yo lo odiaba al pibe, pero no lo maté”, declaró Cuello ante el fiscal Javier Ochaizpuro con una tranquilidad, al menos, llamativa. Su afirmación no hizo más que corroborar el cuadro familiar reconstruido la semana pasada: varios familiares aseguraban que el chico le tenía miedo, que en una ocasión el hombre destruyó con violencia sus juguetes, que lo miraba con “ojos de diablo”. Según alegó Cuello, el martes al mediodía, cuando desapareció, él no estaba en el centro de Lincoln, sino en un auto junto a Gastaldi. Dijo que iban a cobrar dinero a un conocido.

–¿A quién? –le preguntaron durante su declaración.

–Yo no cuento quién me debe dinero –respondió el hombre y dejó abierta una puerta para la duda de los peritos.

Lo cierto es que por el momento no hay evidencia que lo incrimine. En ninguno de los vehículos que utilizó se encontraron rastros del niño, ni de su sangre. Los análisis de las filmaciones de las cámaras de seguridad del pueblo no lo muestran junto a él. El palo o caño de 3 centímetros de diámetro con que Tomás fue asesinado no aparece. Entonces, la expectativa recae en Gastaldi. La actual pareja de Cuello, con quien entre idas y vueltas está hace 10 años, primero había confirmado su coartada: después de cobrar el dinero, se fue a trabajar y él a su domicilio, contó ella. A última hora del sábado, sin embargo, la mujer llegó, abogado del brazo, a la fiscalía para ampliar su declaración. Los empleados judiciales, sorprendidos, le dijeron que debería esperar hasta hoy. En tanto, la decisión del juez de Garantías de Junín, José Luchini, fue convalidar la detención del acusado, que pasó el fin de semana en la alcaldía penal 49.

Según adelantaron a la prensa, los investigadore prevén continuar los peritajes sobre el interior de los vehículos utilizados por Cuello. Las evaluaciones posteriores fallaron en incriminarlo, pero uno de esos automóviles, el que le prestaba Carlos, padre de su actual pareja, tiene características similares al que algunos testigos dijeron haber visto el martes cerca de la escuela donde desapareció Tomás. Es probable, además, que el fiscal cite a allegados de Cuello, para reconstruír sus últimos movimientos.

Otra línea central para el esclarecimiento del caso está relacionada con los celulares. Siempre que el aparato no estuviera apagado y aunque no hicieran ninguna llamada, las antenas de teléfono registran las señales emitidas. El informe preliminar realizado por la policía bonaerense concluyó que Gastaldi y Cuello no se encontraban juntos como sostuvieron. Si se confirma esto, la coartada quedaría descartada.

“Todos los indicios apuntan a la misma persona y, cuando estén los peritajes, quizás se resuelva el tema”, evaluó ayer el tío de Tomás, Guillermo Santillán. Su hermana, contó, “está viviendo en la casa de otra hermana en un pueblo cercano” porque prefirió escapar al asedio de los medios. “Está dolorida como toda madre que pierde un hijo pero ya está más calmada y se permite alguna sonrisa si se le hace un chiste”. No es la única de luto. En Lincoln, toda la ciudad suspendió actividades culturales, deportivas y sociales a raíz del “sentimiento de dolor popular” y por decisión del intendente Jorge Fernández. “Fue muy importante para nosotros el apoyo del pueblo”, agradeció el tío del nene.

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La madre de Tomás y todo Lincoln aguardan las próximas definiciones en la investigación.
 
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