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El macrismo encontró la forma para prohibir la actividad de los manteros que trabajan en la calle Florida y en otros puntos de la ciudad de Buenos Aires: como no tenía los votos necesarios para modificar el Código Contravencional, le sumó a la iniciativa catorce artículos que regulan las ferias artesanales de la Ciudad, creando nuevos emplazamientos. Con ese agregado, lograba la modificación del artículo donde establece que sólo se permitirá a quien “se desplace permanentemente de un lugar a otro”, la cual deberá realizarse portando la mercadería”, que serán “baratijas o artesanías”, siempre que no constituyan competencia desleal con el comercio establecido. La reforma elimina la autorización de la venta ambulante a quienes lo hagan por “mera subsistencia”. La diputada Gabriela Alegre expresó que “de nnguna manera se puede criminalizar la venta en la vía pública”.

El debate sobre la venta ambulante dividió a la oposición e incluso generó posiciones divididas en algunos bloques, como Proyecto Sur. Anoche, los diputados Gabriela Cerruti (Nuevo Encuentro) y Julio Raffo (Proyecto Sur) apoyaban el texto que habían consensuado con el PRO, en las últimas 24 horas. Otros legisladores como Delia Bisutti (Nuevo Encuentro) y Laura García Tuñón (Proyecto Sur) denunciaban que la unificación de dos temas disímiles, como la regulación de ferias y la reforma al Código Contravencional, eran “una trampa”. Esta legisladora puso como ejemplo a las Madres de Plaza de Mayo, a quienes la dictadura obligó a “circular”, para evitar ser detenidas.

El debate estuvo coronado por una discreta movilización de sindicatos de vendedores ambulantes, que instalaron sus pancartas desde la mañana sobre la calle Perú, frente a la Legislatura. Dentro del recinto había en las barras apenas cuatro hombres en representación de los vendedores. En otro sector de las barras acompañaban el tratamiento un nutrido grupo de comerciantes. El tratamiento del proyecto se hizo en medio de la presión mediática de los dueños de locales, que en los últimos días realizaron a diario cortes de calles.

Todos los legisladores coincidieron en repudiar a las organizaciones que utilizan a los manteros para el comercio de artículos de dudosa procedencia. También acordaron en la necesidad de contemplar la situación de los comerciantes establecidos, que sufren la competencia desleal. Pero quienes se opusieron al proyecto consensuado lo cuestionaron porque para combatir esas organizaciones “combaten a las víctimas, que son los vendedores ambulantes”, según sintetizó la diputada Rocío Sánchez Andía (Coalición Cívica). Fabio Basteiro, presidente del bloque Proyecto Sur, sostuvo finalmente que el proyecto apunta a “criminalizar el trabajo en la vía pública, bajo una fuerte campaña mediática”.