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La policía de Nueva York anunció ayer la detención de un sospechoso por cinco ataques incendiarios, entre ellos dos contra lugares de culto de minorías religiosas, que tuvieron lugar el domingo por la noche en Queens y un condado aledaño. La persona “fue detenida el martes por la mañana” tras ser identificada a partir de un auto que fue visto durante los ataques, señaló el jefe de la policía neoyorquina, Raymond Kelly, en una conferencia de prensa con líderes de la comunidad musulmana. “Cócteles molotov fueron lanzados en cinco lugares, cuatro en Queens y uno en Helmont (condado de Nassau). Por suerte, nadie resultó herido. Los hechos están siendo investigados como posibles delitos de odio”, informó Kelly, quien también advirtió que “era demasiado pronto para decir” si el motivo fue odio religioso o una ofensa o resentimiento personal.

De los cuatro ataques en Queens (un barrio de población mayoritariamente inmigrante), uno afectó el edificio de la Fundación Imán Al-Khoei, que se describe a sí misma como la organización internacional más grande de musulmanes chiítas y en cuya sede, en la que había cien personas cuando se produjo el ataque, funciona una mezquita. Los otros fueron contra una tienda de comestibles atendida por musulmanes y dos viviendas particulares, una de ellas utilizada por un sacerdote hindú como lugar de culto. A ellos se sumó un quinto ataque en Nassau, lindante con la ciudad de Nueva York.

En cuatro de los cinco ataques se utilizó una botella de frapuccino, por lo que los detectives creen que “el mismo individuo fue responsable de todos los incidentes”. La seguidilla de ataques produjo alerta en una ciudad multiétnica como Nueva York, particularmente entre la comunidad musulmana. “Tanto si fue un acto sin sentido de violencia como si fue un crimen de odio se determinará más adelante. En cualquier caso no vamos a tolerarlo”, declaró el alcalde Michael Bloomberg.

Líderes musulmanes, judíos y cristianos expresaron unidad en su condena a los ataques de fuego que se producen en el contexto de tensiones entre miembros de la comunidad musulmana inmigrante y la policía. “Tenemos que proteger a nuestro país, tenemos que proteger a nuestra sociedad, tenemos que proteger nuestra libertad”, declaró el asistente del imán del centro islámico, Maan Al-Sahlani.