SOCIEDAD
La argentina en riesgo de ser condenada a la muerte
Es una pampeana de 23 años. Está detenida por el crimen de un empresario. También está acusado su novio cordobés, pero él ya regresó al país. Si la declaran culpable, podrían ejecutarla.
Un confuso caso mantiene en vilo a la familia Marchan, oriunda de General Pico, en la provincia de La Pampa. Una de las hijas, María Rosa, está detenida en Miami desde el 1º de febrero y podría ser condenada a la pena de muerte si la encuentran culpable del asesinato de un hombre de origen latino cuyo cadáver fue encontrado en el baúl de un auto que ella y su novio, también argentino, habrían usado varias veces. Los Marchan se acaban de enterar de la situación de la chica, que tiene allí un defensor oficial.
María Rosa Marchan, una joven pampeana de 23 años, viajó hacia Miami en octubre del año pasado junto con su novio, Esteban Calafell, un cordobés de 34 años al que conoció trabajando en un instituto cardiovascular de General Pico. Según lo relatado por la familia de María Rosa, la pareja viajó con la idea de establecerse sólo por unos meses para probar suerte, planeando el regreso para fines de diciembre. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha, los contactos entre la joven y su familia fueron perdiéndose, hasta que los Marchan dejaron de recibir noticias desde el país del norte.
Lo cierto es que la información recabada hasta aquí por la familia indica que María Rosa y Calafell se hospedaron en un departamento de Miami que alquilaron junto con otro joven latino cuya identidad se desconoce. Una vez allí, mientras hacían changas para mantenerse, conocieron a Agustín Morales, un joyero de 61 años de origen también latino que al parecer realizaba negocios oscuros con empresarios locales. La relación entre Morales y la pareja fue estrechándose cada vez más y usualmente se los veía pasear a los tres en el Pontiac del joyero, que les enseñaba las particularidades de la región. Hasta allí todo parecía transcurrir con relativa normalidad, pero llegó un día clave en la vida de los argentinos: el 28 de diciembre Morales les pidió prestado el departamento donde se hospedaban ya que tenía pendiente una reunión con dos empresarios neoyorquinos.
Sobre quiénes participaron de la reunión es poco lo que se sabe. Aunque el hecho registrado de que aquella noche Marchan durmió sola en un hotel ha llevado a los investigadores a sospechar sobre la presencia de Calafell en las negociaciones. Fue justamente en el lapso de esas horas que Morales fue asesinado a martillazos en la cabeza. Los días siguientes transcurrieron normalmente para Marchan, que continuó con sus changas temporarias y los paseos en el Pontiac, aunque esta vez de a dos.
El 12 enero pasado Calafell volvió a la Argentina con la excusa de que se le vencía la visa y se había quedado sin trabajo, mientras que María Rosa decidió quedarse un tiempo más, ya que había conseguido un trabajo al parecer bien pago. Pero no pasaron más de veinte días y la joven fue detenida luego de que la policía encontrara en el baúl del Pontiac el cuerpo de Morales, cuya desaparición había sido denunciada por su mucama. Según lo declarado por varios vecinos, el auto habría sido abandonado por Calafell en el barrio residencial de Hialeah, donde vivía el joyero.
Hasta anoche, María Rosa se encontraba incomunicada y su familia sólo lograba acceder al abogado defensor de oficio Howard Lubel. Por su parte, Calafell, en diálogo con la familia, aseguró su inocencia y la de su novia y sostuvo que la acusación no es más que “una cama” preparada por los empresarios neoyorquinos y otros dos hombres a los que identificó como policías de inmigraciones. En cambio, el abogado de María Rosa aseguró que, aunque la situación de su defendida es “muy comprometida”, los cargos más graves apuntan a su novio, y que la presentación de éste ante la justicia estadounidense beneficiaría “notablemente” su situación procesal.