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El año pasado, en la Argentina, murieron 639 trabajadores en accidentes laborales. El dato es dramático pero para las estadísticas representa una reducción del 18,3 por ciento respecto de 2001, cuando se registraron 782 muertes. La cantidad de accidentes bajó el 9,6 por ciento en un año, pero en el mismo período medio millón de trabajadores fueron desafiliados de las ART pues pasaron a ser desempleados o a integrar el sector informal de la economía. Las mayores reducciones en las tasas de muertes y accidentes laborales se registraron en la construcción, de acuerdo con el informe de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) difundido ayer por la oficina argentina de la OIT. “La reducción se debe a un mayor control sobre las ART y las empresas con más de 50 trabajadores y por el descenso de la actividad económica”, dijo a Página/12 el autor del informe y asesor de la SRT, Carlos Rodríguez.
A través del índice de incidencia (la división entre la cantidad de accidentes sobre la población de trabajadores asociados a una rama productiva), se observa en el estudio que los accidentes y enfermedades laborales (pérdidas auditivas por ruido y malestares por esfuerzos repetitivos, por ejemplo) disminuyeron en total un 9,6 por ciento –tomando en cuenta los viajes desde y hacia el trabajo–, mientras que la cantidad de muertos bajó un 18,3 por ciento. “Si bien los índices muestran una caída global, es notable el aumento de las muertes en los viajes hacia el trabajo por los accidentes de tránsito y el incremento de la violencia”, señaló Rodríguez.
El informe muestra que el año pasado hubo una caída del 9,5 por ciento de los trabajadores afiliados a las ART respecto al 2001, lo que implicó una pérdida de casi 500.000 puestos de trabajo. Según afirmó el asesor, la caída de los accidentes de trabajo se explica por la eficacia del programa de reducción de siniestros de la SRT y por el descenso de la actividad económica, como en el caso de la construcción, donde “se perdió mucho en la edificación y movilización de materiales, que es donde hay mayores riesgos y entonces bajaron las muertes y accidentes”. En este sector hubo, en 2002 un 55,7 por ciento menos de obreros fallecidos que en 2001 y una baja del 20,4 por ciento en los accidentes.
“Las ART no hacen todos los exámenes médicos necesarios y muchos de sus laboratorios no cuentan con material de calidad, por eso creo que el número de enfermedades en el trabajo es mucho mayor que el que nos informan las aseguradoras”, explicó Rodríguez.