EL PAíS › EN BRUKMAN SIGUE LA TENSION Y LOS TRABAJADORES INSTALAN UNA CARPA
Una multitud apoya a las obreras
Unas veinticinco mil personas –según los organizadores– y unas diez mil –según la policía– acompañaron a las trabajadoras de Brukman. El conflicto puede destrabarse si la Justicia retira a la policía y las obreras se sientan a negociar en Trabajo.
Por Laura Vales
Acompañadas de una masiva movilización que los organizadores estimaron en veinticinco mil personas y la policía en diez mil manifestantes, las trabajadoras de Brukman instalaron anoche una carpa de la resistencia para reclamar que les devuelvan el manejo de la fábrica. Lo hicieron en la esquina de Belgrano y Jujuy, lo más cerca que permite acercarse el vallado policial a la entrada de la planta. “No nos negamos al diálogo, pero que saquen primero a la policía”, plantearon en el lugar las obreras. Resumieron en esa frase la postura tomada el día después de la represión, consistente en rechazar la convocatoria a dialogar del Ministerio de Trabajo hasta que se retiren los efectivos que custodian la fábrica.
Organismos de derechos humanos, piqueteros, estudiantes, asambleas y partidos de izquierda formaron una columna de casi siete cuadras, que caminó con ellas desde Once hasta el lugar del acampe.
La movilización fue encabezada por las trabajadoras tomadas del brazo con Nora de Cortiñas y un grupo de Madres de Plaza de Mayo. Detrás se ubicaron legisladores, personalidades y dirigentes sociales, como José Roselli, Agustín Vanella, Miguel Bonasso, Vilma Ripoll y Néstor Pitrola,
entre otros. Por delante de los manifestantes, los ceramistas de Zanon hicieron un cordón de seguridad para abrirles paso hasta llegar junto a las rejas del operativo policial, donde se organizó la conferencia de prensa.
“No es cierto que hayamos tomado la fábrica impulsados por grupos partidarios”, sostuvo en ella Celia Martínez. “El señor Brukman nos abandonó. El nos obligó a ponerla en producción, hizo que nos pusiéramos al frente de la empresa cuando lo único que sabíamos era coser. Pero ahora sabemos manejar la fábrica, conocemos cuánto cuesta un traje, aprendimos que no es tan difícil manejar una fábrica. Y eso, según parece, nos convierte en peligrosas.”
El objetivo de la marcha, junto con el rechazo a la represión, fue plantear el conflicto por Brukman en términos políticos y no penales, con el fin de reclamar al Gobierno una solución acorde.
Las trabajadoras tienen un pedido de cuatro puntos que quieren llevar a un eventual diálogo con el Gobierno. Ellos incluyen “la expropiación del inmueble y las máquinas, para que queden en manos del Estado, el cobro de un salario de convenio, un subsidio de 150 mil pesos para poner la fábrica a pleno y ser consideradas proveedores estatales, confeccionando por ejemplo guardapolvos y sábanas para los hospitales”.
Se muestran convencidos, además, de que las negociaciones en el ámbito institucional, como las que plantea el Ministerio de Trabajo, tienen chances favorables sólo si van acompañadas de una fuerte presión en la calle.
En el acto hubo una fuerte presencia de las organizaciones de desocupados. El Bloque Piquetero, Movimiento Teresa Vive, la Corriente Clasista Combativa, el Frente de Trabajadores Combativos se sumaron a militantes de los partidos políticos. Los grupos más numerosos fueron los del Partido Obrero, el PTS e Izquierda Unida, que retrasó el acto de cierre de su campaña.
También se volvieron a ver gran cantidad de centros de estudiantes y a los universitarios de la FUBA.
Durante la conferencia de prensa, Nora Cortiñas reclamó al Gobierno que “no abandone a las trabajadoras como lo hicieron los empresarios. Si ayuda a las privatizadas para que no tengan pérdidas, ¿por qué no puede ocuparse de los que trabajan?”, se preguntó. Junto a ella Elisa Díaz, vestida con el guardapolvo celeste de la empresa, hizo un balance de la jornada del lunes en estos términos. “Teníamos una leve esperanza, pero comprobamos, con lo que hicieron en el Hospital Garrahan, que no vamos a conseguir nada sin luchar. Escuché a los funcionarios del Gobierno decir que no tenemos categoría de trabajadoras”, agregó después. “Que el señor Brukman mirenuestras caras, porque no estamos dispuestas a perder la fuente de trabajo ni a volver a casa sin nada.”
También hicieron uso de la palabra Raúl Godoy (Zanon), Patricia Walsh e integrantes de otras fábricas recuperadas como Renacer (Ushuauaia). Varios de los oradores pidieron a las CGT y a la CTA el llamado a un paro “en defensa de Brukman y las más de cien empresas que están produciendo en cooperativas o bajo control obrero”.
En el interior del país, según los organizadores, hubo manifestaciones de apoyo en Córdoba, Jujuy, Neuquén y Mendoza. En Rosario unos mil manifestantes se movilizaron por las calles del centro de la ciudad.
La carpa de la resistencia, según fue anunciado, se mantendrá por tiempo indefinido hasta tanto haya una salida al conflicto. Al mismo tiempo que los manifestantes realizaban la marcha, la Cámara del Crimen ratificó la orden de desalojo de la empresa textil y rechazó un recurso de reposición presentado por los defensores de los ocupantes.
Mariana Salomón –abogada de los trabajadores– adelantó que hoy, junto a letrados de organismos de derechos humanos, presentarán ante el Consejo de la Magistratura un pedido de juicio político contra el juez de instrucción Rimondi, quien ordenó el desalojo de la fábrica.
En cuanto al espacio de negociación ofrecido por el Ministerio de Trabajo, es posible que se destrabe en los próximos días. Las obreras evaluaban anoche como poco conveniente sentarse a una mesa junto a los dueños de la empresa, el sindicato del vestido y los ex empleados que no quisieron sumarse a la toma. Pero tampoco quieren desaprovechar una instancia donde ser escuchadas por el Gobierno: “Estamos aunando una posición”, señaló Martínez. “Pienso que si no vamos hoy lo haremos mañana, porque queremos hablar con la ministra, por lo que ella proponga y porque nos interesa que nos escuche y que entienda nuestra posición”.