SOCIEDAD › PERPETUA PARA EL HOMBRE QUE MATO A LA MUJER CON LA QUE SE HABIA CASADO DESPUES DE VIOLARLA

Condena por el crimen del avenimiento

Marcelo Tomaselli fue condenado por el asesinato de Carla Figueroa en La Pampa. Primero la violó y fue a la cárcel, pero recuperó la libertad tras casarse con ella. Y después la acuchilló. Por ese caso fue derogada la figura del avenimiento.

 Por Carlos Rodríguez

Con la condena a prisión perpetua del autor del hecho, se cerró ayer el juicio oral por el femicidio de Carla Figueroa (22). El caso ocurrió en General Pico, La Pampa, donde la chica primero había denunciado a su novio, Marcelo Javier Tomaselli (26), por violación, pero luego lo perdonó para que lo liberaran y se casó con él por aplicación de la figura del “avenimiento”, derogada del Código Penal a partir de este crimen. A pesar de que los jueces aplicaron a Tomaselli el máximo de la pena, a solicitud de la Fiscalía y de la parte querellante, luego de leído el fallo uno de los hermanos de Carla trató de agredir al condenado, antes de que se retirara de la sala de audiencias. “Lo quería matar. Sólo espero que se pudra en la cárcel porque lo odio con toda mi alma”, declaró después del incidente Cristian, hermano de la víctima. Los agentes penitenciarios que custodiaban a Tomaselli debieron intervenir para impedir el ataque. El Tribunal de General Pico rechazó los argumentos de la defensa, que si bien admitió que Tomaselli había asesinado a su pareja –le aplicó 15 puñaladas en presencia del hijo de ambos–, alegó que lo había hecho en estado de “emoción violenta” y que no recordaba nada de lo sucedido.

Los jueces tuvieron en cuenta el informe del psiquiatra forense Martín Telleriarte. El imputado manifestó que sufrió “una amnesia lacunar”, que se expresa por la pérdida de memoria durante un lapso determinado, aunque se recuerdan con precisión los momentos previos y posteriores al problema. Telleriarte sostuvo, en su análisis luego de examinar a Tomaselli, que “el relato de dicha amnesia no tiene ningún correlato claro y concreto con la posibilidad de algún cuadro clínico que pueda justificar esas características de amnesia”.

Tomaselli llegó a juicio acusado de homicidio agravado por el vínculo y bajo esa carátula fue condenado a prisión perpetua. El acusado y su defensor oficial, Walter Vaccaro, reconocieron el crimen, pero invocaron la figura de “emoción violenta”, por lo cual se pidió una condena a diez años de cárcel. “Me declaro culpable, aunque no recuerdo lo que hice. Que me condenen por lo que hice y por las evidencias que tuve en mis propias manos”, dijo el imputado en su alegato.

El femicidio de Carla fue cometido el 10 de diciembre de 2011, en el domicilio que compartían, propiedad de Rosana Lis Muchiut, madre de Tomaselli. El conflicto había comenzado en abril de 2011, cuando Tomaselli fue a buscar a Carla a su trabajo, para reiniciar la relación que ella había decidido cortar. El joven la llevó a un descampado y la violó. La chica lo denunció y lo detuvieron, pero ella –a pesar de todo– lo visitó a diario, llevándole ropa y alimentos.

El 2 de diciembre de 2011 la pareja se casó cuando Tomaselli estaba todavía preso y pudo salir en libertad por la figura del “avenimiento”. Siete días después Carla fue asesinada por la persona a la que había rescatado de la prisión. En el fallo condenatorio se citan, como testigos del hecho, a la madre de Tomaselli y a su hermano Walter, que llegó a la casa poco después de consumado el crimen.

La madre dijo que el hecho ocurrió cerca de las 3 de la mañana y que se despertó porque escuchó llorar a su nieto. Sin comprender bien lo que estaba pasando, escuchó que su hijo decía “ya está, ya está” y “mi corazón está aliviado”. Entró a la pieza que ocupaba la pareja y vio a Carla tirada en el piso, en un charco de sangre. Tenía quince puñaladas.

El arma fue un cuchillo de serrucho encontrado por la policía en la habitación. Walter Tomaselli declaró, incluso, que su propia madre, desesperada, le llegó a pedir que matara a su hermano por lo que había hecho.

El testigo César Gross dijo que Carla le había contado –antes del episodio de la violación– que vivía “una vida de maltrato con Tomaselli (...) había discusiones, forcejeos y que la golpeaba, que vivía con mucho miedo y quería cambiar separándose”. Aseguró que la vio “con moretones y rasguños por el maltrato”, en la época en que la pareja vivía en la casa de la abuela de la joven.

Stella Maris Quiroga, tía de Carla, comentó ante los jueces que la joven le hizo escuchar una conversación que mantuvo, por celular, cuando Tomaselli estaba preso, antes del casamiento. “La insultaba y le dijo que le iba a pagar todo porque (él) había hecho de ‘señora’ de otros presos.” Cuando la tía intervino y tomó el teléfono, el joven cambió totalmente y “empezó a hablar de la Biblia”. Como prueba de la violencia ejercida por Tomaselli, se citaron en el fallo mensajes por celular enviados por Carla a una amiga, después de la violación. Esos antecedentes de violencia fueron tomados en cuenta por los jueces Florentino Rubio, Fabricio Losi y Juan Alberto Abraham para condenar a Tomaselli.

Luego del fallo, el fiscal Alejandro Gilardenghi se manifestó conforme con la decisión del Tribunal. “Este es un caso que seguramente va a sentar precedente en las cuestiones que tienen que ver con las perspectivas de género”, pronosticó el titular del Ministerio Público.

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El tribunal que condenó a Marcelo Tomaselli rechazó que lo hubiera hecho bajo “emoción violenta”.
Imagen: Télam
 
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