Lauro “El Chino” Shimabukuro, condenado a diez años de prisión por el crimen de Diego Peralta cometido en 2002, fue detenido junto a dos cómplices, luego de intentar robar una casa. Según fuentes policiales, el hecho comenzó el martes pasado, alrededor de las 21, cuando Martín Mario Domínguez llegaba de trabajar y pretendía guardar el auto en su vivienda del barrio La Unión, partido bonaerense de Ezeiza. Shimabukuro, de 30 años, y uno de sus socios de 19 no pudieron ingresar a la casa porque la pareja de la víctima llamó antes a la policía. Tras una persecución por el centro de Ezeiza, los tres delincuentes fueron arrestados en una casa, donde entraron luego de amenazar a su dueño y se ocultaron bajo la cama y dentro de un placard. Shimabukuro recuperó su libertad hace seis meses luego de pagar una fianza.

El frustrado robo ocurrió cerca de la esquina de Los Molinos y La Unión, adonde los tres ladrones se dirigieron en una camioneta Volkswagen Suran, color negro. Según los investigadores, Shimabukuro portaba una pistola 9 milímetros con la numeración limada y con ésta amenazó a Domínguez, un empleado de 32 años, que estaba entrando su auto al patio delantero de la propiedad, tras abrir un portón. La víctima trató de resistir, pero fue golpeado por El Chino y uno de sus socios, quienes pretendían ingresar al lugar pero huyeron antes, sabiendo que la policía iba en camino.

La pareja de Domínguez realizó la denuncia al 911 al ver lo que ocurría desde la ventana. Además, la mujer dio el número de patente de la camioneta donde aguardaba el tercer miembro de la banda. Según fuentes policiales, los tres delincuentes robaron alrededor de 50 pesos a la víctima y algunos objetos personales. La camioneta fue vista por la policía en el centro de Ezeiza esa misma noche y seguida hasta las inmediaciones del aeropuerto, donde los asaltantes abandonaron el vehículo. Al ver que un vecino se disponía a sacar la basura, los tres fugitivos se dirigieron a él y lo encañonaron. La policía rodeó la manzana y logró apresarlos, tras buscar bajo la cama y en un placard donde se ocultaron. En la camioneta estaban los utensilios propios de la actividad delictiva: guantes de látex, precintos plásticos y capuchas negras. También había varios documentos de identidad, tarjetas de crédito y dinero.

La camioneta Suran tenía pedido de secuestro desde el 4 de julio pasado, cuando fue robada en otro hecho similar. “Por los tatuajes de los detenidos se presume que serían responsables de dos asaltos, empleando la misma modalidad, cometidos el 26 de junio y el 16 de julio en distintos barrios de Ezeiza y de otros hechos perpetrados en lo que va del año en la misma zona”, señaló ayer una fuente policial. Los tres delincuentes quedaron a disposición del fiscal Ricardo Bruzzone.

A diferencia de buena parte de la banda que secuestró y luego asesinó a cuchillazos a Diego Peralta, por miedo a que los reconociera si lo soltaban, Shimabukuro no recibió la pena de prisión perpetua porque el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata consideró que sólo había participado del secuestro. Fue “el entregador” de Peralta, es decir, quien entre otras cosas dio el dato de que el padre del joven de 17 años tenía 200 mil dólares en su casa. El dato resultó falso y la banda decidió asesinar al joven, por quien igual cobraron un rescate de nueve mil pesos y dos mil dólares. Shimabukuro estuvo nueve años preso y salió por el pago de la fianza y una “buena conducta”, según dijo ayer la madre de Diego, Emilse Peralta. “Cuando secuestran a mi hijo, Shimabukuro vivía entre cuatro chapas, pero al salir de prisión se fue a un departamento en un edificio, a dos cuadras de mi casa”, señaló la mujer, quien atribuyó el beneficio carcelario y la solvencia económica a un supuesto rol de “buchón de la policía”. Según ella, Shimabukuro hizo un pacto con el grupo de policías implicados en la causa por la muerte de su hijo.