SOCIEDAD › CARRASCOSA QUEDO LIBRE TRAS PAGAR UNA FIANZA DE 100 MIL PESOS
A esperar el juicio oral en el Carmel
En vez de apelar la prisión preventiva, la defensa del acusado por el crimen de María Marta pidió y consiguió la libertad bajo fianza. El juez cambió la opinión que había dado hace una semana.
Por Horacio Cecchi
Una semana después de que el juez Diego Barroetaveña dispusiera la prisión preventiva de Carlos Carrascosa, procesado por el homicidio de su esposa, María Marta García Belsunce, el viudo salió en libertad previo pago de una fianza de 100 mil pesos. “Siempre tuvo una impecable actitud ciudadana y siempre estuvo a disposición de la Justicia”, aseguró su abogado José Scelzi. La resolución, tomada por el juez, provocó sorpresa entre los especialistas y preocupación en los tribunales de San Isidro, previendo un alud de fianzas. Muchos tildaron la medida de “incoherente”: el 15 de mayo pasado, Barroetaveña había argumentado que “la magnitud de la pena en expectativa” (prisión o reclusión perpetua) exigía que el acusado quedara detenido, ante el riesgo de una fuga. Siete días después, ese riesgo parece haberse disuelto en el aire o debajo de 100 mil pesos que, el juez supone, mantendrán anclado a Carrascosa. El fiscal Diego Molina Pico apelará la medida. No lo pudo hacer aún porque no fue notificado. “Se enteró por el periodismo”, bramaba un allegado. Lo cierto es que a las 15.30, el viudo más célebre de los últimos años se retiró a sus aposentos –en la casa de sus cuñados, en el country Carmel–, sonriente y respondiendo al periodismo con la monofrase “estoy muy bien, estoy muy bien”.
En el caso García Belsunce, lo único que no sorprende es su status de sorpresa permanente. Fuera de eso, desde que María Marta murió de cinco pitutos disparados por una bañera asesina, el caso ha girado hacia los imprevistos más extraños, más polémicos y más contradictorios. Ahora le tocó el turno a una resolución del juez de Garantías Nº 1 de San Isidro, Diego Barroetaveña. Ayer, por la mañana, el magistrado dispuso la libertad a Carlos Carrascosa, bajo una fianza de 100 mil pesos. Esto no tendría nada de anormal (la fianza es una figura utilizada habitualmente). Lo que sorprendió a pares y especialistas fue lo contradictorio de la medida, en contraste con la resolución de la prisión preventiva, tomada una semana antes por el mismo juez (ver detalle en nota aparte).
“Es algo demasiado extraño –confió a Página/12, un juez del mismo fuero–. Tomó lo que se conoce como medida morigeradora de la prisión preventiva. Esa medida se traduce en la libertad bajo fianza. Pero es muy raro, porque éste es un caso de homicidio agravado por el vínculo, que puede enfrentar una perpetua. Y lo peor es que hace unos días resolvió que debía quedar preso porque se corría el riesgo de que fugara ante semejante pena”.
Según especialistas consultados por este diario, son varias las incoherencias. La primera, mencionada más arriba, tiene que ver con el riesgo de fuga considerado al dictar la preventiva, y que ahora parece haber desaparecido. La segunda está en relación al momento en que tomó la medida. “Hay una regla –explicó un juez–. Cuando se baja la preventiva el juez tiene que examinar si hay posibilidad o no de excarcelar. Si confirma la prisión es porque no la hay. Si entiende que debe continuar el proceso, pero en libertad, y lo considera necesario, puede adoptar varios caminos: libertad vigilada, bajo fianza, bajo caución juratoria. Pero, si resolvió que debía continuar la prisión no puede ahora disponer su libertad bajo fianza. Si lo hizo ahora, será porque lo tenía previsto. Pero si lo tenía previsto, ¿por qué no lo dispuso en el momento en que correspondía? Todo esto es muy inusual. Me llama mucho la atención.”
–¿En qué casos se impone la libertad bajo fianza? –preguntó este diario.
–Supongamos un robo calificado por uso de armas en grado de tentativa -respondió el experto–. Es un delito grave, pero es en tentativa. La condena puede llegar a los 3 años, y puede ser que se le aplique en ejecución condicional. Ante esa posibilidad, el juez no le baja la preventiva. Puede decretar la morigeración en lugar de la preventiva. Pero no sólo la medida en relación al caso mismo provocó polémica. En los tribunales de San Isidro, el comentario de los pasillos tomaba el color de una preocupación. “Ahora se nos va a venir una andanada de pedidos de libertad bajo fianza”, decía uno. “No sé cómo va a hacer (Barroetaveña) con los otros detenidos que tiene en su juzgado, les va a tener que dar la fianza sin importar el delito”, auguraba otro. “Esto puede terminar en un pedido de juicio político –advertía el primero–. Y lo peor es esto se lo van a endilgar a la Justicia en general”.
Para colmo, también resultó polémico el monto de la fianza. “La semana pasada le metió veinte mil pesos a un tipo acusado de estafa –confió una fuente judicial a este diario–. Poner cien mil por homicidio no tiene relación”.
El dilema de los 100 mil pesos como argumento para mantenerlo vigilado por el bolsillo quedó desvirtuado por las dificultades para obtener la suma. Todo consistió en un trámite de “disponible”, cash, “líquido”, o como quiera lo llamen los mesadineristas. En apenas tres horas, los billetes estaban apilados, y depositados en una cuenta del Banco Provincia y Carrascosa apilado en el mismo living donde asegura haber estado viendo el partido Independiente-Central aquella luctuosa tarde de octubre: en lo de los Bártoli.
Sorprendió también que los defensores de Carrascosa no hubieran presentado la apelación a la preventiva, lo que indica que aceptaron los cargos en su contra y que ya, inevitablemente, el viudo irá a juicio. Según allegados al caso, se habría realizado un acuerdo entre el juez y la defensa. La estrategia de los abogados José Scelzi y Marcelo Nardi tendió a evitar una prisión extendida hasta el día del juicio oral y apostar a desmerecer las pruebas en contra en ese proceso.
Pero esa estrategia puede chocar con otro escalón del caso. “El fiscal va a apelar –aseguró, muy molesto, un vocero–. Pero primero lo tienen que notificar. Se enteró por los medios”. Tiene cinco días corridos para hacerlo, a partir de la notificación. Según anticiparon fuentes judiciales, si lo hace, no es nada improbable que revean la resolución de Barroetaveña. Para agregar más sorpresas, el médico Juan Gauvry Gordon, uno de los procesados por encubrimiento, denunció por falso testimonio al otro médico, Santiago Biassi. Entretanto, alrededor de las 15.30, vestido con sonrisa y pulóver azul, Carrascosa saludó con la mano a los periodistas, dijo “estoy muy bien” y se retiró en dirección al Carmel.