SOCIEDAD › LA ARGENTINA ESTá CERCA DE LA ELIMINACIóN TOTAL DEL PALUDISMO

La batalla contra la malaria

El país, cuyo último caso autóctono se registró en 2008, entró en fase de “preeliminación” del mal. El avance ocurre en sintonía con el resto de la región, donde en los últimos diez años los casos bajaron casi el 60 por ciento y las muertes, un 70 por ciento.

La Argentina alcanzó la fase de preeliminación del paludismo, e inició los trámites para certificar el cese de la transmisión de esta enfermedad en el país. Este logro se inscribe en un proceso que abarca a las Américas, donde en los últimos diez años los casos de paludismo bajaron casi el 60 por ciento y las muertes se redujeron en un 70 por ciento. En el mundo, el continente más afectado es Africa, que concentra cerca del 90 por ciento de las muertes. A diferencia del dengue, cuyo mosquito vector vive entre los humanos, el mosquito que transmite el paludismo vive en ambientes naturales y la estrategia se basa en mantenerlo a distancia de los humanos mediante insecticidas. En la Argentina, el último caso autóctono se registró en 2008, y las provincias con más riesgo de recibir casos importados son Salta y Misiones.

“Estamos iniciando el proceso para certificar ante la OMS la interrupción de la trasmisión del paludismo en la Argentina y esperamos completarlo en 2013 –anunció Héctor Coto, director de Control de Enfermedades Vectoriales del Ministerio de Salud de la Nación–. Históricamente, el área de trasmisión se concentraba en la frontera norte: en los últimos años se fue reduciendo, y los últimos núcleos de actividad están circunscriptos en Misiones y Salta. El último caso de trasmisión autóctona de paludismo fue en 2008; desde entonces, los pocos casos que se reportan son todos importados.”

El funcionario explicó que, “a diferencia del dengue u otras enfermedades cuyos vectores se llaman ‘sinantrópicos’ –por su convivencia con el ser humano– o periurbanos, el mosquito del paludismo prolifera en cuerpos de agua que existen en ambientes naturales. Los programas de ataque al vector se basan en rociar las viviendas y sus alrededores a fin de que el mosquito no tenga contacto con el hombre. Este programa es parecido al que se utiliza contra la enfermedad de Chagas-Mazza, en la cual el control concierne a la vinchuca”.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los casos de paludismo (también llamado malaria) se redujeron en América desde un millón, a comienzos de 2000, hasta menos de 490 mil, en 2011. Es decir, casi el 60 por ciento; en el mismo período, las muertes bajaron un 70 por ciento. “Estos avances resultan favorables en comparación con otras regiones del mundo”, según OPS. En 2000 fallecieron 439 personas por paludismo en las Américas; en 2011 murieron 113.

Seis países alcanzaron la fase de preeliminación: Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México y Paraguay. Colombia, Paraguay y Perú lograron reducciones de más del 64 por ciento.

En 99 países del mundo hay trasmisión del paludismo. En 2010, hubo 219 millones de casos y murieron 660.000 personas, en su mayoría menores de cinco años. El continente más afectado es Africa, donde ocurre casi el 90 por ciento de las muertes por malaria. Y a su vez el 80 por ciento de las muertes se concentra en 14 países. De éstos, los seis donde se producen más casos son: Nigeria, República Democrática del Congo, Tanzania, Uganda, Mozambique y Costa de Marfil, que reúnen el 47 por ciento de los casos.

El paludismo es causado por cuatro especies de un parásito llamado Plasmodium, que se trasmite por la picadura de mosquitos Anopheles infectados. En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos. Los principales síntomas –fiebre, dolores de cabeza, sudor, escalofríos y malestar– generalmente aparecen 10 a 15 días después de la picadura. Si la enfermedad no se atiende adecuadamente, puede poner en riesgo la vida, al alterar la llegada de sangre a órganos vitales. Existe preocupación internacional por el aumento de la resistencia del parásito a las artemisinas, que son las principales drogas utilizadas para controlar la malaria.

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El mosquito transmisor del paludismo habita en ambientes naturales y se lo aísla con insecticidas.
 
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