“Lo que todos piensan es que se trata de un hecho netamente policial, incluso la Justicia maneja alguna hipótesis, una punta que no descarta la posibilidad de que se trate de un crimen ocurrido en el ámbito familiar, pero las situaciones por las que atravesó Junín en los últimos tiempos hacen que este nuevo homicidio atroz renueve la indignación de vecinos, que están muy sensibilizados”. Consultada por Página/12, una fuente allegada al gobierno del intendente radical de Junín, Mario Meoni, descartó en principio que tuviera alguna “connotación política o desestabilizadora” el asesinato de la maestra jubilada Olga Aída Acedo (72), ocurrido ayer en una ciudad que sigue conmocionada por el homicidio de la joven Karen Campos. Por eso, anoche, hubo una nueva concentración frente al municipio para reclamar seguridad. El caso Campos volvió a provocar declaraciones políticas, esta vez a cargo del gobernador Daniel Scioli, sobre la presencia de “infiltrados” que pretenderían desestabilizarlo. Este nuevo crimen provocó la caída de parte de la cúpula policial de Junín: fueron removidos de su cargo el jefe de la Departamental, comisario Walter Pelle, y el titular de la Policía Distrital, comisario Marcelo Ariguel.

Frente al nuevo hecho, el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, además de relevar de sus cargos a Pelle y Ariguel, envió a Junín a la cúpula de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, encabezada por el jefe y el subjefe, comisarios Hugo Matzkin y Jorge Omar Nasrala. Fue el propio Nasrala, en diálogo con este diario, el que confirmó que por el momento no se han encontrado elementos que indiquen que el asesinato de la maestra Acedo, que fue degollada, haya sido en ocasión de robo (ver nota aparte). Al mismo tiempo, se señaló que el cuerpo no ofrecía signos de que la víctima haya intentado defenderse, lo que estaría señalando la posibilidad de que la hubiera asesinado una persona con la cual la víctima tenía relación familiar o de amistad.

El nuevo homicidio provocó indignación y dolor entre los vecinos del barrio donde vivía la víctima, sobre todo cuando se dijo a través de los medios de prensa que estaba acompañada por una sobrina nieta de apenas dos años, que había sido dejada a su cuidado; que eran dos los supuestos ladrones –uno de los cuales habría ingresado por una estrecha claraboya, lo que hizo pensar en la presencia “de un menor”–; y que el “botín” apenas llegaba a 14 pesos.

Lo cierto es que hasta anoche no había indicios de robo y la pista estaba conduciendo “hacia el ámbito familiar”, según estimaron fuentes judiciales, policiales y políticas consultadas por Página/12. La denuncia del crimen la hizo una sobrina de la víctima, que es a su vez la madre de la nena de dos años. Las primeras informaciones señalaron que la denunciante habría declarado: “Esto es un caos, estamos a la deriva”, aludiendo a la situación que se vive en Junín.

Las características del caso fueron analizadas ayer en la sede de la intendencia de Junín, de la calle Rivadavia 70, por el mandatario local, Mario Meoni, y los jefes policiales Matzkin y Nasrala, enviados por el ministro Casal por orden del gobernador Daniel Scioli. Antes de la llegada de la comisión que vino de La Plata, el intendente Meoni hizo evacuar los dos edificios donde funciona la Municipalidad y reforzó la guardia policial por temor a que ocurrieran manifestaciones violentas como las que se registraron el fin de semana pasado.

El gobernador Daniel Scioli volvió a reflotar ayer el tema de los supuestos “infiltrados” en los hechos de violencia ocurridos el fin de semana en Junín. “Los familiares y amigos (de Karen Campos) convocaron a una marcha en pedido de justicia y se infiltraron esas personas, por lo cual la Policía tuvo que actuar en un marco muy delicado: detener a estos violentos que querían incendiar la comisaría segunda”.

Scioli, antes que se produjera el crimen de la maestra jubilada, había conversado telefónicamente con el intendente Meoni. La charla fue para coordinar medidas para “intensificar la prevención” en “un pueblo de trabajadores” donde “se metieron estas personas”, en alusión a los que atacaron la comisaría. “Le pedimos al fiscal que identifique las motivaciones de los incidentes, en los que intervinieron encapuchados que lanzaron bombas molotov”, recalcó Scioli.

El gobernador cree que algunos sectores, a los que no identificó, “quieren generar una situación de violencia y caos” en la provincia. En ese sentido, pidió a la población que permanezca “tranquila” porque el gobierno provincial está “atento y alerta cuando pasan estas cosas”. Dijo que es necesario “separar la paja del trigo”.

Al ser consultado sobre las expresiones de Scioli, el diputado kirchnerista Carlos Kunkel rechazó los dichos del gobernador. “No hace tres meses” que está en el cargo, y por lo tanto, “le tendría que pedir a su hermano, Pepe Scioli, que no lo votó y votó a (Francisco) De Narváez para gobernador, que le pase el plan de seguridad que tenían ellos, para que nos dé seguridad a los bonaerenses”, ironizó Kunkel.

Aunque el caso de la maestra jubilada tendría connotaciones distintas a las del crimen de Karen Campos, anoche se produjo una nueva manifestación de vecinos frente al municipio de Junín. “Junín está triste” y “Basta, basta, queremos seguridad” fueron dos de las consignas aplaudidas por la concurrencia. Un chico, acompañado por su madre, levantaba un cartel que decía: “Quiero jugar en la vereda”. La multitud volvió a cuestionar a la policía, cuya cúpula local ya había sido removida.