El Tribunal de Casación Penal bonaerense redujo de diez a cuatro años y medio la pena aplicada a Silvia Luna, la camarera que en el 2010, en General Las Heras, mató de un mazazo a una amiga porque temía que le arruinara su boda al mostrar en la fiesta un video erótico suyo. El Tribunal Oral de Mercedes había entendido que fue un “homicidio simple con dolo eventual”. Pero los jueces de la Sala III, Ricardo Borinsky y Víctor Violini, consideraron que el crimen de Carola Bruzzoni, de 40 años, había sido un “homicidio emocional”.

Luego de aquel fallo, dictado el 24 de febrero del 2012, la defensa oficial de Luna, de 33 años, apeló y pidió el cambio de calificación a lesiones graves, tentativa de homicidio o el mínimo de homicidio simple, argumentando que su defendida no provocó la muerte en forma directa. Los camaristas no tomaron ninguna de esas posibilidades, sino que entendieron que el caso fue un “homicidio emocional”.

Los jueces de Casación remarcaron que “una de las contradicciones que exhibe el veredicto está dada por la relativización del dictamen del psiquiatra” que declaró en el juicio oral. “El veredicto lo consigna, que existió un fuerte debilitamiento de las capacidades mentales por el efecto sobre Luna de un estado afectivo de contenido desagradable”, argumentaron.

Por su parte, Cristian Pérez, abogado del viudo, Sergio Robledo, declaró que le llamaba la atención el fallo porque “todos los peritos dijeron que Luna comprendía la criminalidad de sus actos y no hubo perturbación de la conciencia”. “Ella recordaba en detalle todo lo que pasó, contó que fue al lugar en moto, lo que pasó en el bar, que llamó a su jefe para renunciar. Un perito dijo que estaba mal por lo ocurrido, pero no que no tenía conciencia”, sostuvo.

Para los camaristas, de la sentencia surge que “pudo incidir perturbando a Luna que su amiga planeara mostrar la clandestina escena sexual que la tenía como protagonista y que la acción homicida antes que planificada o premeditada apareció como una suerte de reacción en el marco de una violenta discusión”.

“Frente a este panorama, considero que el análisis de la prueba es fragmentario, parcial y prescindente de elementos decisivos al darles un sentido diverso al que transmitían”, cuestionó la sala III.

Para los camaristas, hay una “conexión temporal” entre la violencia de un primer encuentro que ambas tuvieron en casa de Bruzzoni y su continuación en el lugar de trabajo, donde se cometió el ataque. “No puedo descartar más allá de una duda razonable que Silvia Lorena Luna haya transitado por una emoción violenta, que las circunstancias hicieron excusable cuando ultimó a su amiga y compañera laboral”, dijo Borinsky.

Luna la había golpeado con una maza para aplastar milanesas en la cabeza. La víctima se fue a su casa y sufrió una hemorragia. La llevaron al hospital, donde falleció después de tres operaciones.