El gobierno porteño había sido avisado y no hizo nada para impedir la tragedia. Al contrario, tomó una decisión en sentido inverso. El 1º de agosto pasado la Uocra denunció por irregularidades la obra de Triunvirato 2985, donde el jueves murió un obrero de la construcción. Justo ese día, la Subsecretaría de Trabajo porteña anunciaba el desmantelamiento de su cuerpo de inspectores. La coincidencia de la fecha entre la advertencia de un posible derrumbe y la ausencia posterior de controles por la decisión que adoptara el subsecretario Ezequiel Sabor fue comentada ayer por el ingeniero Edgardo Castro, inspector del organismo laboral y delegado de ATE: “La responsabilidad de esta muerte la tiene la Subsecretaría de Trabajo. El caso es igual al que ocurrió en el gimnasio de Villa Urquiza el 9 de agosto de 2010”.

La junta interna del gremio que representa a los inspectores difundió un comunicado donde pide que “los funcionarios de la Agencia Gubernamental de Control y la Subsecretaría de Trabajo deben ser procesados por la Justicia”. En el mismo texto sus integrantes advierten: “Desgraciadamente volvimos a tener razón, se cumplió lo de las zonas liberadas. Los funcionarios del gobierno macrista son responsables directos de esta barbaridad. El 1º de agosto, día de la denuncia de la Uocra, se desmanteló la inspección del trabajo, recién el 2 de septiembre se retomaron las tareas. La obra debería estar clausurada”.

En efecto, el sindicato de la construcción había formulado un pedido a la Dirección General de Protección al Trabajo, donde describía que en la obra faltaba “proteger aberturas de pisos con cubiertas o barandas; líneas de vida y sujeción a punto fijo; señalización y protección de zanjas y excavaciones” más la “protección contra caídas de personas y objetos”. También faltaba “el listado de trabajadores en programa de seguridad”, entre “otros incumplimientos verificados según el acta Nº 14.228 que se encuentra en nuestro poder”, advirtió la Uocra. Por último, les pedía a las autoridades porteñas “la verificación y cumplimiento de las normativas vigentes”.

Castro confirmó ayer a Página/12 que la Subsecretaría de Trabajo nunca mandó una inspección a la obra porque no existe el acta que lo corrobore. Tampoco lo hizo la Agencia Gubernamental de Control, aunque no hubiera tenido validez jurídica para actuar porque carece de atribuciones por ley para realizar inspecciones laborales.

La caída de una pared en Triunvirato 2985, casi esquina Estomba, provocó la muerte de un obrero y heridas graves a otro, que presentaba politraumatismo de cráneo. Daniel Russo, director de Defensa Civil porteño, dijo que “se estaba construyendo una planta baja y un primer piso y en lo que sería la caja del ascensor hubo un derrumbe”. Desde la Uocra se dejó trascender que mientras se cavaba para colocar una columna de hormigón, cedió una pared que cayó sobre los trabajadores. La denuncia del gremio presentada el 1º de agosto, según Castro, hasta ayer ni siquiera había sido ingresada en el sistema computarizado de la Subsecretaría de Trabajo. Pasaron un mes y veinte días desde ese aviso.

También en Villa Urquiza se produjo el derrumbe del gimnasio Orion Gym el 9 de agosto de 2010, donde murieron tres personas y hubo otras once heridas. En esa ocasión se habían aprobado 152.881 metros cuadrados en obras sólo en ese barrio, al que únicamente superaba Palermo. A consecuencia del accidente que pudo ser evitado, se sancionó el 16 de septiembre del mismo año la Ley 3562, que nunca fue reglamentada. Establecía en su artículo 1º “la obligación de inspeccionar toda obra en construcción durante las etapas de demolición y excavación, independientemente de las inspecciones que se realicen en el avance de la obra”.

Un nuevo derrumbe, esta vez en el edificio de Bartolomé Mitre 1232 ocurrido el 4 de noviembre de 2011 y que provocó una víctima fatal, generó la aprobación de otra ley (la 4268) el 30 de agosto del año pasado. Casi todos los artículos de la 3562 del año 2011 fueron derogados para ser incorporados a la 4268. Pero ni siquiera las dos leyes surgidas de esos derrumbes que ocasionaron cuatro muertes evitaron otros, como el del último jueves.