Hace dos meses, vecinos de Lanús se movilizaron para reclamar que se preservara para el uso público un terreno de diez por setenta metros que históricamente fue una plaza de barrio y había sido desmantelada, de la noche a la mañana, por una empresa que había comprado el predio. Después de reuniones y negociaciones de vecinos y empresarios –por separado– con el intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, se llegó a una solución que hace posible que la porción de tierra sobre la calle Oliden, entre Chile y Guatemala, en el límite entre Lanús y Avellaneda, siga siendo la misma plaza de siempre. “El problema ya se solucionó”, afirmó Díaz Pérez en diálogo con Página/12. Aclaró que para encontrar la salida al conflicto, fue necesario hacer “una serie de reuniones con los empresarios” para convencerlos sobre la necesidad de mantener en pie el espacio público, iniciativa que aparecía como de difícil solución dado que “ellos tenían un programa de crecimiento de la empresa y, además, nos mostraron la titularidad de todas las tierras”, de manera tal que “desde el punto de vista legal no podíamos hacer nada”.

Al principio se buscó una salida alternativa, y se le solicitó a la firma Danly, una empresa de logística, que cediera una porción de tierra más pequeña que la que tenía históricamente la plaza Oliden, pero ante esa posible solución “los vecinos hicieron un planteo más profundo y nos dimos cuenta de que tenían razón”. El reclamo se debía a que, de hecho, la porción de tierra siempre había sido plaza, dado que los anteriores propietarios se la habían cedido al municipio, en tiempos del ex intendente Manuel Quindimil. Para avanzar en la búsqueda de una salida, el actual jefe comunal tuvo que superar algunos prejuicios: “Hasta se llegó a decir que yo había vendido las tierras, que en realidad nunca fueron del municipio”.

Luego de varias reuniones, con vecinos y empresarios, la esposa del intendente, la diputada Karina Nazabal, presentó un proyecto de ley de expropiación provincial como un camino probable para mantener la plaza. “Con ese proyecto en la mano, y luego de paralizar las obras que se estaban haciendo, nos sentamos a conversar con los empresarios.” En esa instancia había dos problemas a solucionar: por un lado, “el deseo atendible de los vecinos” y, por el otro, “el hecho de que lo que se proyectaba era una unidad productiva que hace falta en Lanús, porque nosotros queremos trabajo”.

En la negociación, se le pidió a la empresa que modificara algunas trazas del proyecto inicial de la planta, y a cambio de la cesión del terreno se buscaron compensaciones en las tasas que debe abonar. Por ese camino “se llegó a un acuerdo porque nos ofrecieron el mismo terreno, firmamos el convenio, ahora se está tramitando la transferencia legal para que quede como propiedad del municipio y ya empezamos a hacer la plaza”, dado que la que había fue desmontada por la propia empresa.

La propia empresa prestó la pala mecánica para volver a alisar el terreno. Ahora el municipio está armando “toda la estructura de los juegos, los paseos, los árboles y, por supuesto, los vecinos están rechochos y nosotros también porque la plaza va a seguir estando en el mismo lugar y va a ser mejorada en su estructura”.

En reuniones con los vecinos se discutió “el diseño de la plaza; fue una buena forma de demostrar que la participación popular da resultados cuando se la encara como corresponde, en forma legítima, porque tampoco podíamos tomarle la fábrica a alguien que viene a dar trabajo a los propios vecinos de Lanús”. Díaz Pérez dejó sentado que el terreno de la renovada plaza Oliden “es ahora del municipio y no le dejamos ningún problema futuro a nadie.”

Admitió que uno de los grandes problemas de Lanús es que se ha convertido en “una ciudad sin espacios verdes, de manera que cada lugar vale oro”. Hace tres años, el municipio hizo una modificación del Código de Edificación Urbana porque la construcción “era un descalabro, porque los edificios ocupaban mucho más del espacio permitido, se elevaban más de lo establecido y lo que se hacía era con fines de negocio inmobiliario, sin un criterio de desarrollo social”. Lanús ha tenido un fuerte crecimiento en materia edilicia, a pesar de que la población se mantiene estable desde hace años, en alrededor de 500 mil habitantes.