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Los 24 estudiantes del Colegio San Luis, de La Plata, expulsados de Bariloche el último domingo, deberán enfrentarse ahora a las posibles sanciones de los directivos de esa institución, cuyo apoderado admitió ayer que hubo “un fracaso educativo” con ellos y que el lunes “se tomarán las medidas que correspondan”. En tanto, la gravedad de los incidentes provocados por los estudiantes reavivó el viejo debate sobre cuál es la responsabilidad de las escuelas sobre el comportamiento de sus alumnos durante los viajes de egresados. Así, tanto el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, como su par bonaerense, Mario Oporto, coincidieron en remarcar la necesidad de que las escuelas intervengan de manera más activa en la planificación de los viajes y no se desentiendan de su responsabilidad sobre los chicos.
Filmus hizo hincapié en que las escuelas deben aplicar políticas de “prevención” que fomenten los valores humanos y consideró que la actitud del grupo de estudiantes expulsado de Bariloche es “sin lugar a dudas algo que hay que evitar, pero es una consecuencia y no una causa”. Además, el ministro opinó: “Creo que estos casos tienen que ver con una parte familiar, pero también con cómo se vive en la escuela y cómo se trabaja previamente a la salida del viaje”.
El ministro de Educación bonaerense enfatizó la necesidad de que se adopten “sanciones disciplinarias porque hay una responsabilidad permanente de la escuela hacia los chicos y es un tema que hay que tomarlo con seriedad y no como una travesura juvenil”. El titular de la Dirección General de Educación Privada (Diagep), Juan Odriozola, explicó que “estas sanciones pueden llegar desde la expulsión del alumno, hasta la obligación de realizar tareas comunitarias o decidirse por las clásicas amonestaciones, la gama es muy amplia” y adelantó que habrá una reunión de un inspector de su área con directivos, padres y docentes.
De todos modos, serán las autoridades del San Luis, uno de los colegios más tradicionales de La Plata, las que decidan qué sanción les cabe a los 24 estudiantes. Según explicó ayer el apoderado legal de la institución, Jorge Gallardo, el viaje que los chicos realizaron con la empresa Flecha Bus había surgido como un viaje de estudios, “que los estudiantes no aceptaron, avalados por los padres”. Sin embargo, y a pesar de que la escuela no les permitió viajar en época de clases, ayer Gallardo admitió: “Lo que ocurrió nos duele mucho y reconocemos un fracaso educativo que está implícito en hechos de esta naturaleza”.
Mientras los otros 45 alumnos disfrutan los últimos días del viaje tan esperado, los involucrados en la destrucción de nueve habitaciones del Hotel Arrayanes aguardan el fin de las vacaciones de invierno, ya que el próximo lunes conocerán cuál es la sanción decidida por el Consejo Educativo del Colegio San Luis, luego de que “se recaben todas las pruebas de lo ocurrido en Bariloche”, señaló Gallardo.