SOCIEDAD › FUERTE RECHAZO A LA OFENSIVA PAPAL CONTRA LOS HOMOSEXUALES
Guerra santa a las uniones de gays
El nuevo documento del Vaticano contra el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo generó repudio en el mundo.
El Vaticano lanzó ayer una campaña contra las uniones de homosexuales que se están reconociendo en distintos países. A través de un extenso documento, la Santa Sede exhortó a todos los políticos y líderes religiosos católicos del mundo a oponerse ferozmente a su aprobación. “El matrimonio es santo, mientras que las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural. Los actos homosexuales no pueden recibir aprobación en ningún caso”, sentencia el texto escrito por el ultraconservador cardenal Joseph Ratzinger que, sin embargo, llama a los fieles a acoger con respeto, compasión y delicadeza a los gays y lesbianas en el seno de la Iglesia, siempre y cuando mantengan su castidad. La nueva cruzada papal recibió el repudio de varios partidos, incluso católicos como la CDU alemana, y también de organizaciones gay-lésbicas, como la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), que ratificó que en los próximos meses presentará un proyecto de ley de Unión Civil a nivel nacional.
El reconocimiento legal de la unión de personas del mismo sexo en países tradicionalmente laicos como Holanda o Francia, si bien generó malestar en el seno de la Iglesia Católica, no sorprendió. Pero cuando Croacia, un país profundamente católico, promulgó hace dos semanas una legislación similar, el pánico cundió en las altas esferas del Vaticano, ya de por sí sensibilizadas por lo ocurrido en los últimos meses en Buenos Aires, donde se abrieron las puertas para que la unión civil entre en Latinoamérica, un continente en el que vive el 50 por ciento de los católicos del mundo.
“Hay que disciplinar de inmediato a la tropa propia”, pensó el Papa y eso fue exactamente lo que salió a hacer ayer la Santa Sede con un documento titulado “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales”, preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, a cargo de Ratzinger. Allí el Vaticano pide a todos los políticos y líderes católicos del mundo que se opongan a todo proyecto de ley que promulgue la unión entre homosexuales. Y en aquellos lugares donde ya ha sido sancionada, los exhorta a hacer todo lo posible para conseguir su derogación. “Los políticos católicos pueden lícitamente ofrecer su apoyo a propuestas encaminadas a limitar los daños de esa ley y disminuir los efectos negativos en el ámbito de la moralidad pública”, sostiene el texto, que a la hora de argumentar recurre a la preocupación de la Iglesia por la continuidad de la especie humana.
Apenas conocida la misiva, las manifestaciones de repudio se fueron extendiendo como una gigantesca ola a lo largo del globo. En Italia, por ejemplo, las organizaciones gays se concentraron en la Plaza San Pedro ante lo que consideraron “el enésimo ataque a los derechos individuales y subjetivos de las personas”, mientras que en España la Federación de Gays y Lesbianas calificó al documento como un “atentado a los derechos y libertades de todos los ciudadanos”.
En Alemania, todos los partidos políticos repudiaron el texto. Incluso la poderosa CDU, uno de los partidos cristianos más importantes del mundo, rechazó los consejos papales. “Soy católico practicante, pero creo que mi tarea como político no es decirle a la gente cómo tiene que vivir”, dijo Jürgen Rüttgers, uno de los principales líderes de la CDU.
Bastante más cerca, César Cigliutti, presidente de la CHA y primer beneficiario de la Ley de Unión Civil en la Ciudad de Buenos Aires, atacó duramente a la Iglesia por querer entrometerse en la vida política de los estados. “Latinoamérica no es una teocracia. Aquí existe una conciencia de ciudadanía basada en la separación de la Iglesia y el Estado”, dijo Cigliutti, quien adelantó que en pocos meses más la CHA presentará en el Congreso nacional un nuevo proyecto de Unión Civil, en donde se incluirán para las parejas homosexuales los derechos que aún hoy se les niegan, como el de adopción y herencia.
El Vaticano, sin embargo, recibió el apoyo del presidente George Bush. Ayer, su vocero Scott McClellan confirmó la posición del líder norteamericano: “El presidente no dará un paso atrás en la cuestión delcasamiento entre homosexuales, ya que la institución sagrada del matrimonio debe darse siempre entre un hombre y una mujer”, señaló.