EL PAíS › REUNION PARA RENOVAR LA SOCIEDAD ENTRE KIRCHNER E IBARRA
Cómo construir extramuros del PJ
La excusa fue un acto donde se traspasaron tierras de la Nación a la Ciudad. Antes hubo reunión reservada durante media hora.
Por José Natanson
“Es una necesidad mutua: si quiere hacer todas las trasformaciones que se propone va a tener que construir poder más allá del PJ”, explicaba un funcionario cercano a Aníbal Ibarra ayer por la tarde, luego de escuchar a Néstor Kirchner despotricar contra los grupos económicos. La excusa del acto en la Casa Rosada fue el traspaso de tierras de la Nación a la Ciudad. Lo central, la renovación de la sociedad Kirchner-Ibarra: el Presidente gana un aliado para futuras peleas y el Jefe de Gobierno, un respaldo clave para su reelección en las elecciones del 24 de agosto.
Antes del acto, Kirchner e Ibarra conversaron a solas durante media hora en el despacho presidencial. “Mejor”, respondió el Presidente cuando Ibarra le preguntó por los índices de desempleo y pobreza que difundió ayer el INdEC. Después, los socios repasaron los números de la Capital, que experimentaron una mejoría leve en sintonía con los del resto de los distritos: la desocupación bajó de 16,3 a 11,4 y la subocupación de 15,5 a 13,2.
Además de las estadísticas, conversaron sobre algunos temas de gestión, como el traspaso a la Ciudad de una serie de terrenos en desuso –en su mayoría playas de maniobras ferroviarias y galpones– en poder del Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado.
Pero lo más importante fue el análisis de la campaña para las elecciones porteñas del 24 de agosto. En el encuentro de ayer, Ibarra agradeció nuevamente el apoyo del Presidente. Aunque se preocupa por cuidar las formas y no participa de actos estrictamente electorales, Kirchner hizo público su respaldo al ex fiscal fotografiándose en diferentes actos oficiales: el primero fue la entrega de patrulleros de la Ciudad a la Policía Federal.
Cada vez más firme, la sociedad entre Kirchner e Ibarra tiene su traducción electoral en las listas de Fuerza Porteña, el curioso nombre de la coalición multicolor que lleva al ex fiscal como candidato a la jefatura de gobierno. Luego de una serie de idas y vueltas, dirigentes peronistas de la Capital como Juliana Marino se sumaron a las listas del ex fiscal.
Cuando concluyó el encuentro, Kirchner e Ibarra caminaron hasta el Salón Blanco, donde un pequeño grupo de funcionarios esperaba el comienzo del acto. Era, en realidad, una cuestión estrictamente administrativa, que podría haberse resuelto con un convenio entre funcionarios de segunda línea, pero que el Presidente quiso subrayar como una nueva muestra de su respaldo a Ibarra.
“Hay que terminar con la clase dirigente del ‘90 que estaba al servicio de la concentración económica. Es muy importante que en la Argentina aparezca una clase política que esté al servicio del conjunto de todos los intereses y terminar con esa clase de dirigentes que tuvimos en la década del ‘90”, dijo Kirchner, mientras Ibarra y los suyos –que cada vez que pueden recuerdan el pasado menemista de Mauricio Macri– sonreían conformes. “En campaña es fácil hablar de propuestas y programas, pero la verdad se ve cuando se está gobernando y gestionando todos los días”, agregó el Presidente.
Mientras abandonaban de a poco la Casa Rosada, los funcionarios de Ibarra evaluaban el gesto de Kirchner como parte de una estrategia de construcción política más amplia, que incluye el respaldo a Carlos Rovira en Misiones y a Felipe Solá en la provincia de Buenos Aires. “Ahora mantiene la popularidad, pero con el tiempo, si quiere llevar adelante todo lo que dice, va a tener que buscar apoyos”, explicaba un fuente del gobierno porteño. “Es obvio que con el PJ no le va a alcanzar. Ahora nosotros lo necesitamos a él, pero puede que más adelante él nos necesite a nosotros”, concluía.