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Los escombros del depósito de Iron Mountain incendiado en febrero pasado en el barrio porteño de Barracas, donde murieron ocho bomberos y dos guardias civiles al derrumbarse una pared, comenzaron a ser desmantelados ayer, a casi tres meses del hecho, para empezar a ser peritados y determinar las causas del siniestro.

La fiscalía criminal 37, a cargo de la investigación, ordenó iniciar las tareas en el depósito incendiado de la firma Iron Mountain, dedicada a la gestión y almacenamiento de documentación de bancos y grandes empresas de servicios.

El incendio ocurrió el 5 de febrero pasado, en un predio de la calle Azara al 1200, cuando por causas que se investigan las llamas tomaron rápidamente la totalidad del depósito y derrumbaron una pared de más de diez metros de alto, que cayó sobre ocho bomberos y dos agentes de la Defensa Civil porteña, quienes murieron por las heridas recibidas.

Los escombros serán analizados por la División Siniestros de la Superintendencia Federal de Bomberos de la PFA, un grupo de peritos de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

El desmantelamiento es realizado por la Guardia de Auxilio y Emergencias porteña y durará varios meses, ya que se realizará por tramos para facilitar el peritaje, a cargo de una veintena de técnicos.

El personal fallecido pertenecía al Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal, a los bomberos voluntarios de Villa Domínico y Vuelta de Rocha, y a rescatistas de Defensa Civil de la Ciudad.

Una de las querellas apunta a que la causa del incendio fue intencional, ya que asegura que se inició en diversos puntos del perímetro del predio en forma simultánea.

Los bomberos fallecidos pertenecían a un grupo que intentaba ingresar por la calle Jovellanos, mientras que otros rescatistas ya trabajaban en el sector que da a la calle Azara.

Entre las principales sospechas, la del siniestro provocado se sostiene debido a que se encontraron varios focos y a que fallaron las válvulas que abren los aspersores que arrojan agua en forma automática en casos de incendio.