Al menos cuatro delincuentes asaltaron un banco de Mataderos, donde generaron una explosión para abrir un cajero automático y robaron tres cartuchos con alrededor de medio millón de pesos. Por el hecho, los investigadores detuvieron en las cercanías de la sucursal asaltada a un sospechoso con clavos “miguelito” en su poder, los cuales habían sido arrojados en la calle por los asaltantes en su huida para evitar ser perseguidos por los móviles de la policía.

El hecho ocurrió en la madrugada de ayer, cerca de las cinco, en el Banco Patagonia situado en la esquina de avenida Juan Bautista Alberdi y Guardia Nacional.

Un grupo de ladrones llegó hasta allí en un Volkswagen Bora color gris y al menos tres de ellos ingresaron al sector de los cajeros automáticos. Los asaltantes provocaron una explosión y lograron extraer tres cartuchos de al menos uno de los dos cajeros automáticos instalados en el lugar.

Un vecino, alertado por el estallido y el ruido de las alarmas de la sucursal, grabó imágenes desde el balcón de su casa en las que captó el momento en que en el sector de cajeros se vio un principio de incendio y a tres hombres que salieron corriendo con los cartuchos en sus manos.

Los asaltantes, en tanto, arrojaron los clavos “miguelito” –de forma triangular de dos y tres puntas– en la cuadra del banco y dos cuadras para dañar los neumáticos de los patrulleros que llegaron al lugar y así cubrir su huida.

Una testigo que llamó al 911 aportó datos precisos sobre uno de los sospechosos, lo que les permitió a los investigadores detener poco después a un joven de 25 años en avenida Lacarra, a unas seis cuadras del banco, también en Mataderos. Esta mujer les dijo a los investigadores que había visto a un hombre vestido de negro y hablando por teléfono celular, al tiempo que arrojaba “unos triángulos de metal” en la calle.

Los policías detuvieron al sospechoso y secuestraron en su poder una caja con clavos “miguelito”, dinero y un celular, tras lo cual quedó acusado de integrar la banda que cometió el asalto al banco.

En el lugar del hecho, peritos de Bomberos secuestraron dos garrafas de 10 kilos cada una, una con oxígeno y la otra con acetileno, y una manguera con soplete –lo que habitualmente se usa como soldadora autógena o para corte de metales–, además de una batería de 12 voltios. Para los peritos, con todos esos elementos, los asaltantes generaron una mezcla de gases que, comprimida dentro del cajero automático y mediante una chispa, provocó un fuerte estallido.

“Suponemos que con la batería elaboraron el mecanismo para lograr la chispa que provocó la explosión”, dijo un jefe policial que participa de la investigación.

El botín rondaría los 500.000 pesos, ya que cada cartucho contiene 250.000, pero los robados probablemente no estaban llenos, ya que habían sido recargados por última vez a las 16 de ayer.