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Una mujer que estaba en coma desde hace 13 años morirá en diez días tras ser desconectada en Estados Unidos del aparato que la mantenía viva, después de una batalla judicial de seis años entre sus familiares. Terri Schiavo, de 39 años, permanece internada en un centro médico de la ciudad de Pinellas Park, en el oeste del estado de Florida, desde 1990 cuando sufrió una crisis cardíaca que la dejó en coma. Según su esposo, Michael Schiavo, al morir cumplirá con “uno de sus deseos, ya que ella no quería vivir así”. Sus padres y hermanos, en cambio, criticaron la decisión judicial al calificarla como “un asesinato”.