Tras la gran explosión de gas ocurrida el jueves pasado, por la que cuatro edificios quedaron severamente dañados, en Manhattan, la policía de Nueva York encontró ayer dos cadáveres entre los escombros. Los dos hombres habían sido reportados como desaparecidos de un restaurante de sushi, ubicado en la Segunda Avenida, del barrio East Village, uno de los más populares y bohemios de la ciudad, con una población mayormente estudiantil y de artistas. Se trata de Nicholas Figueroa, un joven de 23 años que tenía allí una cita, y un empleado del restaurante, Moises Lucon, de 26 años. Los dos jóvenes estaban en el local de sushi al momento de la explosión. En total, 22 personas, entre ellas seis uniformados, resultaron heridas tras la explosión y el siguiente incendio. Los bomberos de la ciudad dijeron que les tomará una semana limpiar el desastre generado por el siniestro. Por otra parte, las autoridades y la Cruz Roja de Nueva York abrieron refugios en los alrededores de la zona del incendio para albergar a los damnificados.