El jueves al mediodía se registró el “tercer pulso eruptivo” del volcán Calbuco, lo que disparó la alerta rojo del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) chileno. El “tremor armónico, asociado a movimiento de magma, comenzó a las 13.09” hora de Chile, y continuó el proceso geológico iniciado el 22 de abril, aunque con una erupción de menor intensidad. Más de 6600 personas fueron evacuadas en las inmediaciones del macizo, mientras que los vientos llevaron la pluma de cenizas hacia distintas zonas de la Patagonia argentina. Ayer, el Comité de Emergencia de Bariloche informó que, de continuar la orientación del viento, “la ciudad no se vería afectada por la ceniza”, mientras que dijeron que sí podrían caer restos volcánicos sobre la zona de El Bolsón. Hasta ayer, la actividad del Calbuco no había tenido consecuencias sobre Neuquén, que “no recibió cenizas” porque “el viento hizo que (la pluma) se desplace hacia el sur”, informó la representación provincial de Defensa Civil. Por precaución, desde el jueves, y al menos hasta última hora de ayer, el aeropuerto de Esquel suspendió sus actividades, mientras que las terminales aéreas de Neuquén y Bariloche operaron con limitaciones. Las autoridades chilenas, por su parte, advirtieron que las actividades del volcán se extenderán “por varios meses y concluirán con la emisión de lava”.

Ayer, con material volcánico en suspensión en el aire, distintas ciudades de la Patagonia argentina se mantenían en alerta, ante la posibilidad de que se produjeran lluvias de cenizas, aunque las primeras precipitaciones, registradas el jueves por la tarde, fueron leves. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que la nube se mantenía en suspensión sobre Esquel, en Río Negro, y advirtió que podría llegar hasta Puerto Madryn, en Chubut, por acción del viento. También indicó que podrían registrarse lluvias de ceniza de intensidad “leve a moderada” sobre Bariloche, El Bolsón y Neuquén.

En Río Negro y Chubut, funcionarios de Defensa Civil recomendaron a los habitantes “permanecer en el interior de las viviendas” y “utilizar máscaras protectoras, pañuelos de trama fina o barbijos dobles” en caso de exponerse al aire libre. A esas zonas, además, el Ministerio de Salud de la Nación envió un cargamento de insumos para afrontar la emergencia, que incluyó 120.000 barbijos, antiparras y gotas oftalmológicas para tratar irritaciones oculares, entre otros elementos.

Tras el pulso eruptivo, el Sernageomin decretó el “alerta rojo”. La pluma del volcán, que alcanzó los 4 mil metros de altura, decidió a las autoridades a disponer una zona de exclusión de 20 kilómetros en torno del Calbuco y a mantener evacuadas a más de 6500 personas en la región de Los Lagos.

El Comité de Emergencia de Bariloche, reconvocado por la intendenta Eugenia Martini tras la nueva erupción, informó ayer en un comunicado que, de continuar las condiciones climáticas de ayer, “la ciudad no se vería afectada por cenizas” porque “los vientos las dispersan hacia el sur”. “No hay llegado a la ciudad material proveniente de ese pulso. Aunque sí puede registrarse, como en la tarde de ayer (por el jueves), ceniza en suspensión levantada por el viento, de las erupciones anteriores”, informó el comité. Ayer, el volcán continuaba “activo y emanando cenizas al mismo nivel de actividad que el jueves”. En la ciudad, el transporte público funcionó “con normalidad”. “Si bien no se registraron situaciones complejas en el hospital y centros de salud a causa de las cenizas, se reiteró la recomendación del uso de barbijos para personas con afecciones respiratorias”, recordó también el comité, que regresó “a guardia pasiva, y se reunirá nuevamente ante modificaciones en la situación actual”.

El jueves, Aeropuertos Argentina 2000 reportó que fueron suspendidos cuatro servicios de Aerolíneas Argentinas que debían salir de Aeroparque a Neuquén y otros tantos desde la capital neuquina hacia Buenos Aires.

En territorio chileno, la custodia policial de la zona de exclusión de 20 kilómetros en torno del volcán fue reforzada el mismo jueves. El ministro del Interior de Chile, Rodrigo Peñailillo, explicó que la medida era indiscutible porque “las lluvias claramente van a afectar el cauce de los ríos, y con la cantidad de cenizas acumuladas en torno del volcán obviamente puede haber situaciones de riesgo mayor”.