SOCIEDAD › DETUVIERON AL COMISARIO MUSA AZAR, EX JEFE DE INTELIGENCIA DE CARLOS JUAREZ
Final para un siniestro pacto de silencio
El detonante fue la declaración de un oficial detenido por el crimen de un empresario. El policía habría señalado a Musa Azar –quien era su jefe– como el responsable de un “grupo de tareas” que, entre otros delitos, habría ejecutado el secuestro, la tortura y el crimen de Patricia Villalba. También fueron detenidas otras siete personas, entre ellas, policías.
Por Pedro Lipcovich
La detención del comisario Antonio Musa Azar –en la madrugada de ayer, en Santiago del Estero– marca un punto trascendente en la investigación de los crímenes de Leyla Nazar y Patricia Villalba, y echa luz sobre una siniestra asociación que, sin duda, no sólo se da en la provincia dominada por los Juárez: bandas criminales ligadas con la policía, cuyos métodos y organización se remontan a la represión ilegal de la última dictadura. La detención de Musa Azar y de otras siete personas se precipitó cuando otro policía, detenido a su vez por el asesinato de un ganadero santiagueño, se quebró y, el sábado, reveló su pertenencia a un “grupo de tareas” conducido por el comisario. Este grupo habría ejecutado el secuestro, tortura y muerte de Patricia, quien conocía detalles sobre la muerte de Leyla, en una fiesta con personajes vinculados con el poder santiagueño. Uno de los policías detenidos ayer habría participado directamente en el crimen de Villalba; otro de sus asesinos sería el policía que confesó el sábado. Con las ocho capturas de ayer, suman 16 los detenidos por el doble crimen, pero hasta ahora sólo una detenida está directamente imputada. Uno de los abogados de la familia de Villalba anticipó que “la detención de Musa Azar puede dar pie a que otros imputados empiecen a hablar; mientras estaba suelto, generaba mucho miedo”.
A las 2.30 de ayer, por disposición de la jueza María del Carmen Bravo y en el marco de la investigación del denominado doble crimen de La Dársena, fue detenido, en su domicilio, el comisario Antonio Musa Azar, quien hasta hace pocos meses había sido jefe de la División Investigaciones de la policía santiagueña, y desde 1973 es hombre de confianza del caudillo provincial Carlos Juárez. Musa Azar fue conducido a la Unidad Regional I de la policía provincial; poco después, a raíz de un pico de presión, fue trasladado al Sanatorio Santiago, pero más tarde volvió al lugar de detención. Está acusado de dirigir una asociación ilícita y de “encubrimiento agravado”.
Al mismo tiempo fue apresado el oficial de la policía provincial Eduardo Abdala, sobrino de Musa Azar, acusado de asociación ilícita y encubrimiento agravado en calidad de partícipe. Hacia el mediodía fue capturado el comisario Juan Carlos Gómez, considerado la mano derecha del principal acusado.
También fue detenido el subcomisario Julio César Mattar. Según fuentes vinculadas con la investigación, habría sido uno de los autores directos del crimen de Patricia Villalba; trabajaba directamente a las órdenes de Musa y es hermano de Francisco Mattar, integrante del mismo grupo de policías, quien está preso ya por el asesinato del ganadero Oscar Seggiario.
Precisamente la investigación de este último crimen (ver aparte) fue el eslabón decisivo en la cadena que condujo a estas detenciones. El oficial de policía Héctor Albarracín, detenido por aquel asesinato y con abrumadoras pruebas en su contra, se quebró y habló. Primero lo hizo ante el juez de esa causa, Pedro Ibáñez, y el sábado, durante cinco horas, declaró ante la jueza Bravo.
“Por primera vez, se rompe el pacto de silencio entre las personas vinculadas con Musa Azar”, celebró ante este diario Luis Santucho, integrante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y abogado de los familiares de Patricia Villalba.
La extensa declaración de Albarracín se habría referido, no sólo al doble crimen de La Dársena, sino a otros crímenes cometidos por el “grupo de tareas”; el policía habría descripto también la configuración del aparato de represión ilegal organizado por Musa Azar. El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, había denunciado ya a esta organización parapolicial, que fue vinculada con delitos como el narcotráfico, el cuatrerismo, el abigeato y el tráfico de bebés.
En cuanto al doble crimen, la declaración de Albarracín señalaría que el asesinato de Patricia Villalba fue llevado a cabo por orden de Musa Azar ypor su grupo de tareas (la jueza, hasta ahora, no formuló esta imputación). Los autores directos serían Julio César Mattar y el mismo Albarracín, aunque este último no lo admitió en su declaración. También fueron arrestados ayer, por orden de la jueza Bravo, María Orellana –esposa de Albarracín–, Rubén Marcelo Juárez, informante de la policía, y Omar Castillo, quien había sido testigo en la causa por el doble crimen.
La lista de detenidos se completa con Eduardo Llugdar. Este último es el dueño de la bailanta llamada “Arbol Solo”, que en realidad es un predio en las afueras de Santiago, que en Carnaval se acondiciona como lugar para fiestas multitudinarias. Fue el último lugar público adonde concurrió Patricia Villalba, el domingo anterior a su muerte. El detenido es tío de Patricio Llugdar, quien fue procesado como autor material de ambos crímenes y luego liberado por falta de mérito.
Leyla Nazar fue vista por última vez el 16 de enero de este año, en la puerta de la whiskería “Saravah”, donde se había encontrado con Cristina Juárez. El 6 de febrero, sus restos óseos aparecieron esparcidos en un descampado de la localidad de La Dársena. A su lado estaba el cadáver de Patricia Villalba; tenía las muñecas estaban atadas a la espalda con un cable que se le enrollaba en el cuello: “Es la manera típica como los grupos de tareas de la dictadura ataban a los desaparecidos”, señaló el abogado Santucho. Había sido torturada con cuchillos durante varias horas.
Los abogados de la familia Villalba reconstruyeron los sucesos a partir de varios testimonios –uno de ellos, un testigo de identidad reservada que declaró ante el juez federal Carlos Skiderski en una causa por narcotráfico en Resistencia, Chaco–. Según esta reconstrucción, Leyla murió por sobredosis de cocaína en una fiesta en la localidad de Guayamba, en Catamarca, en la que habría participado, entre otros, el hijo de Musa Azar. También habría estado en aquella reunión el entonces defensor del Pueblo de Santiago del Estero, Gilberto Perduca, el diputado provincial “Pololo” Anauate y otros jóvenes vinculados al poder. El cadáver de Leyla habría sido tratado con ácido y los restos arrojados en La Dársena.
Según la misma reconstrucción, Patricia Villalba fue secuestrada porque sabía lo que había pasado. Patricio Llugdar la entregó en su auto a los hombres de Musa Azar, que primero la torturaron para averiguar si le había dicho a alguien lo que sabía, y después la mataron.
Santucho afirmó ayer que “la detención de Musa Azar es importantísima porque puede dar pie para que empiecen a producirse declaraciones por parte de los ya imputados en la causa. Mientras estaba suelto y manejando su aparato policial, generaba mucho temor”. Ayer se especulaba con que Mario Castillo Solá, ex juez de la causa y actualmente preso por encubrimiento y prevaricato, esté ahora dispuesto a ampliar su declaración indagatoria comprometiendo a personajes importantes de la sociedad santiagueña.
Ya son 16 los detenidos en la causa por el doble crimen, incluyendo a los ocho de ayer. Entre ellos se hallan Perduca y el diputado Anauate. Pero sólo la joven Cristina Juárez está directamente imputada de haber participado en una muerte, la de Leyla Nazar.