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Alfa y omega PRO, la campaña presidencial de Mauricio Macri, comenzó y acabó con la misma canción: “Ciudad mágica”, de Tan Biónica, un tema que tras el episodio del cantante Chano Moreno Charpentier fue diversamente parodiado. En julio de 2013, ya había sonado en un acto con globos amarillos en Ferro, pero para propios. En octubre de ese año, la secuencia se dio en directo para el país, vía cobertura televisiva: resueltos los comicios legislativos favorablemente en su terruño, el jefe de Gobierno porteño lanzó su candidatura presidencial hacia 2015 en vivo, desanudando unos torpes pasos de baile al son de esa que, desde entonces, es la canción extraoficialmente oficial del PRO: sonó tras las PASO en la ciudad, tras la primera vuelta y tras el ballottage. E incluso antenoche, con el entuerto de Chano consumado, en el cierre de campaña PRO en Vicente López.

“Ciudad mágica” apareció en radios a fines de 2012, como simple adelanto de Destinología, tercer disco del cuarteto, que sería publicado seis meses más tarde. Por parte de su estribillo (“Qué noche mágica, ciudad de Buenos Aires”) alguien del PRO la tomó sin dudar, y el grupo aceptó sin chistar. A diferencia de lo que había pasado dos años atrás, cuando Manuel Quieto, cantante de La Mancha de Rolando y autor de “Arde la ciudad”, reaccionó inmediatamente cuando su canción, en la que subyace un relato de los años de dictadura, fue utilizada por el oficialismo porteño en los festejos por el triunfo de Macri para jefe de Gobierno.

Chano y compañía eligieron el otro camino: aceptaron su uso y simplificaron con que “lo importante es que suene y llegue a la gente”. Con liviandad, adujeron: “No somos una banda política”. Lo hicieron entonces y, palabras más o menos, lo siguen diciendo cuando en alguna entrevista se los consulta por su relación con el macrismo. En general, los músicos de Tan Biónica, y particularmente Chano, desnudan miedos y obsesiones en las notas, y pese a la timidez que arraiga en el cantante, aceptan su búsqueda del efecto inmediato y el intento de referenciarse en la grandeza y la grandilocuencia. En eso son claros, y no han velado su búsqueda del éxito.

Lo vienen logrando, al menos en términos de convocatoria, si no de prestigio, al punto de que se les avecinaba una serie en el Luna Park. Y en ese camino, su agradecimiento a Mauricio Macri fue tomando volumen más allá de que suelen aclarar que no consideran estar tocando para el PRO sino para la ciudad (más allá de sinos, colores, banderitas y globos), para una ciudad de Buenos Aires tributada ostensible, literalmente en varias de sus canciones.

¿Por qué la estrechez con Macri? Por la difusión dada a sus canciones, así fuera en actos partidarios, y porque el gobierno porteño les facilita escenarios en cuanto festival o ciclo organiza: Parque Roca o Ciudad Emergente, del que cerraron su edición 2012 siendo presentados en el escenario por el propio Mauricio. “El tipo se mueve como en un reality”, decía el bajista Bambi Moreno Charpentier, hermano de Chano, sobre ese primer cruce, en una entrevista publicada en el suplemento NO de este diario, en junio de 2012. “A cada paso que da, lo siguen veinte tipos sacándole fotos; vino a saludarnos y, en un segundo, ya estaban las fotos”, cronicaba sobre la aparición de la primera de tantas instantáneas Tan PRO.

Una de las más polémicas se dio cuando en 2013 se declaró al grupo como “Embajadores culturales de la Ciudad de Buenos Aires”, a la par del fenómeno teen Violetta. La elección de Macri remarcó su carácter de gerenciador, de gerente: la selección de Tan Biónica y Violetta no tenía que ver con su aporte cualitativo, sino con cantidades, con números, con el “volumen” y el “flujo”, masividad y convocatoria, por una resolución económica sobre la cultura. El voto PRO fue a por lo masivo y con una frase ahora poco feliz: “Tan Biónica representa todo lo que queremos en términos de futuro”.