Miles de fieles, algunos de ellos soportando las intensas lluvias de la madrugada, entraron a la iglesia de San Cayetano, en Liniers, para agradecer y cumplir sus promesas al patrono del pan y el trabajo en su día. El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, presidió la misa central. En su homilía, aseguró que “el problema de las drogas no está en la gente ni en quienes las padecen”. “Los argentinos en estos días escuchamos hablar, de vuelta, sobre la lucha contra el narcotráfico, los caídos y la fuerza policial, pero a pesar de ello la situación no mejora. Por ese camino, estamos como estamos”, aseveró. Sostuvo que en un Estado de Derecho hay que confiar en la Justicia, pero, agregó, “Dios no puede hacer entrar su misericordia cuando hay fallas como condenar a un narco, con justicia, y que éste salga por el túnel”, en obvia alusión al reciente escape en México del jefe narco Joaquín “Chapo” Guzmán. Al finalizar la misa, Poli recorrió las dos filas que hicieron quienes esperaban para entrar al santuario de Cuzco 150 y bendijo a los peregrinos como lo hacía su antecesor, el hoy papa Francisco.