SOCIEDAD › MULTITUDINARIOS RECLAMOS EN LOS CINCO CONTINENTES EL DíA ANTERIOR AL INICIO DE LA CUMBRE DEL CAMBIO CLIMáTICO

Marcha mundial contra la emisión de carbono

Miles de personas marcharon en París, Londres, Madrid, Barcelona, Sydney, México y Río de Janeiro, entre otras ciudades. Reclamaron por las emisiones de gas carbono y los gobiernos atados a las corporaciones. En París se produjeron incidentes.

En vísperas de la cumbre del clima que se inicia hoy en París, cantidad de movilizaciones y centenares de actos atravesaron los cinco continentes. Los manifestantes instaron a los líderes mundiales reunidos en Francia a un acuerdo contra el cambio climático. Bajo extraordinarias medidas de seguridad y ante la prohibición de desfiles en la capital gala, manifestantes pacíficos y grupos violentos desafiaron el estado de emergencia decretado tras los últimos atentados jihadistas. En una verdadera cadena humana, miles de concurrentes se tomaron de la mano y finalizaron el acto simbólicamente a las puertas del Bataclan, donde el 13 de noviembre murieron acribilladas 90 personas a manos del ISIS. “Por un clima de paz”, rezaba uno de tantos carteles. En tanto, la organización Greenpeace infló un globo aerostático frente a la Torre Eiffel. Pero también hubo incidentes con la policía, que a su vez respondió reprimiendo con gases. Resultaron detenidos 150 activistas, a quienes el presidente François Hollande calificó como “escandalosos”. En Gran Bretaña, más de 50 mil personas participaron de una marcha por las calles del centro de Londres para pedir a los líderes mundiales medidas contra el calentamiento global, algo que se replicó en varias ciudades de Australia con pancartas que solicitaban “Protejan a nuestra casa común”. En España, 10 mil personas se congregaron en las calles de Madrid, al igual que en Barcelona, Sevilla y muchas ciudades en todo el mundo. El sábado, en Alemania, ecologistas se encadenaron al tren de la ministra alemana de Medio Ambiente que debía salir desde Francfort hacia París, provocando el retraso del convoy.

Tras los atentados de París que dejaron 130 muertos, ciudadanos de todo el mundo y organizaciones medioambientales llevaron a cabo grandes desfiles en Seúl, Londres, Madrid, Río de Janeiro, Nueva York y México DF con el objetivo de exigir medidas que impidan transformaciones irreversibles como grandes sequías o la elevación del nivel de los océanos, que según estudios ocurrirán inevitablemente a lo largo de este siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan a su nivel actual.

Por ello, las agendas climática y de seguridad confluyeron en las calles de París. La Coalición Clima 21, de 130 organizaciones, que tuvo que renunciar a manifestar en las calles de París por medidas de seguridad, propuso formar una gigantesca cadena humana en la que miles de personas se dieron la mano a lo largo del bulevar Voltaire, en el este de París, rindiendo homenaje a los 130 muertos por los atentados del 13 de noviembre. En esa protesta, las consignas ambientalistas se mezclaban con el desafío a quienes sembraron la muerte en la ciudad. “No les tememos a los terroristas, ni a las multinacionales”, proclamaba una pancarta colgada del cuello de una mujer, en referencia a los grandes grupos industriales acusados de acelerar el cambio climático. Pacíficamente, más tarde rompieron filas delante de la sala de conciertos Bataclan, donde se produjo el más letal de los ataques.

También en París, la policía francesa denegó la entrada a unas mil personas al país invocando medidas de seguridad, como parte del estado de emergencia que se decretó tras los atentados reivindicados por el Estado Islámico (EI). No obstante ello, y al grito de “¡estado de emergencia, Estado policial!”, varios centenares de manifestantes, muchos de ellos encapuchados, lanzaron proyectiles contra la policía, que con sus unidades antidisturbios replicó con granadas de gases lacrimógenos: 150 personas fueron detenidas en esos incidentes y el presidente François Hollande juzgó la acción de “escandalosa”. “Hay elementos perturbadores que nada tienen que ver con los defensores del medio ambiente”, dijo.

En el Reino Unido, una gran manifestación pidió en Londres medidas contra el cambio climático. En un domingo lluvioso, la marcha –que llegó a ocupar las calles de la capital británica a lo largo de más de un kilómetro y medio– comenzó cerca de Hyde Park y pasó frente al Parlamento en Westminster, antes de dirigirse hacia Millbank, a orillas del Támesis.

La protesta londinense, la mayor de los 2 mil eventos programados en todo el mundo durante el fin de semana, reunió también a organizaciones no gubernamentales como ActionAid, Oxfam, Amigos de la Tierra, Greenpeace y WWF. El director ejecutivo de Amigos de la Tierra, Craig Bennet, afirmó: “Llegó el momento de actuar. Desde Australia hasta Mozambique, en Filipinas tanto como en Londres, millones de ciudadanos están urgiendo a los líderes a ponerse en pie ante una crisis global que provoca inundaciones, tormentas, sequías y eleva el nivel de los mares”, afirmó el activista. Famosos como la actriz Emma Thompson y la diseñadora de moda Vivienne Westwood participaron en un acto al que también acudieron el líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, y la dirigente del Partido Verde, Caroline Lucas. “La gente pacífica es la que menos contribuyó al cambio climático, pero estamos pagando el precio del aumento del nivel del mar y la salinización del agua potable. No tengo fe en los gobiernos porque muchos de ellos están atados a las corporaciones, pero tengo fe en la gente y en los movimientos sociales”, declaró Westwood. Corbyn aseguró que “es posible un mundo más verde, más justo, más equitativo y más productivo. Venciendo la amenaza del calentamiento global no sólo mejorarán las perspectivas para nuestros hijos y nietos sino que también mejorarán nuestras vidas aquí y ahora”.

Decenas de miles de personas se manifestaron en Australia en el tercer día de marchas en el mundo para reclamar acciones de envergadura contra el cambio climático a los dirigentes del planeta, que hoy se reúnen en París.

“No hay planeta B”, rezaba una pancarta en Sydney. “¡Solidaridad mundial!”, proclamaban desde Melbourne. En Adelaida, 5 mil manifestantes se congregaron para advertir contra las consecuencias del cambio climático para la salud, la seguridad alimentaria o el desarrollo, en particular para las poblaciones más pobres.

En España, y encabezada por un grupo de 20 niños, 10 mil manifestantes, muchos con globos verdes, participaron en Madrid de una marcha que arrancó en la plaza Cibeles y llegó hasta la Puerta del Sol. “Hay que salvar el jardín que nos dejaron nuestros padres y abuelos”, declaró María Jesús Sánchez, una geóloga de 58 años. “Esto también es una muestra de solidaridad con todas las personas en París que estaban preparando manifestaciones y que por los atentados han sido suspendidas. Ningún atentado nos va a silenciar. La gente está en la calle y tiene cosas que decir”, dijo Corina Mora, de 40 años, de un grupo ecologista. Entre los mensajes se podía leer “La Tierra es tu hogar” y “Ayúdame, ayúdate”.

“Creemos que estamos en un momento crítico y decisivo de la historia de la humanidad. Es un punto de inflexión: o actuamos ahora o posiblemente no haya marcha atrás”, estimó Luis Blasco, un veterinario de 31 años.

Para reclamar acciones urgentes a los representantes de los 195 países reunidos en Le Bourget, la gente tomó las calles en otras 25 ciudades de España, entre ellas Barcelona y Sevilla. También se registraron sendas manifestaciones en Seúl, Río de Janeiro, Nueva York, México y otras ciudades del mundo.

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Alrededor de un centenar y medio de militantes contra las emisiones de carbono fueron detenidos en refriegas con la policía parisina.
Imagen: AFP
 
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