SOCIEDAD › EN EL COP21 EXPUSIERON CENTROAMéRICA, EL CARIBE Y BAN KI-MOON

La letra chica del acuerdo

El debate en la Cumbre del Clima se centró en la precisión de cuántos grados debe ser limitado el calentamiento global y el pedido de los países más vulnerables por el cambio climático para incluir un mecanismo de ayuda para enfrentar los daños.

Los países centroamericanos y del Caribe defendieron ayer, en la Conferencia del Clima (COP21) que se realiza en París, el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grado centígrado y la inclusión de un mecanismo para hacer frente a los daños causados por el cambio climático. “Es esencial que el acuerdo de París refleje una ambición global de limitar el incremento de la temperatura media mundial a no más de 1,5º C respecto de la era preindustrial”, subrayó el ministro de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala, Andrés Lehnhoff, al hablar en la sesión plenaria.

La línea de intervención había sido abierta, por la mañana, con la exposición del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y continuó con la intervención de representantes de diversos países que pidieron que la sugerencia sea incorporada al borrador de acuerdo. El ministro de Gestión de Desastres de Granada, Winston Garraway, fue el más contundente: “Un Estado insular que entiende bien las consecuencias del cambio climático (...) insistirá en el 1,5º C para seguir con vida”.

Las discusiones de la COP21 buscan adoptar medidas para limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 2º, pero muchos de los países especialmente vulnerables, sobre todo los insulares, reclaman un objetivo del 1,5º C. Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador exigieron la inclusión explícita en el acuerdo final a Centroamérica como región vulnerable, objetivo que también persiguen los países africanos. La mención específica en el texto de las necesidades de un grupo, como ya ocurre con los Estados insulares o los países menos desarrollados, supone abrir la puerta a una mayor ayuda internacional. “Pedimos que se considere plena y explícitamente la alta vulnerabilidad del istmo centroamericano”, subrayó el secretario de Energía y Medio Ambiente de Honduras, José Antonio Galdames Fuentes.

Por su parte, Cuba instó a los países industrializados a cejar en sus tentativas de “alterar” los principios de las negociaciones del clima para “reescribir” las decisiones que los obligan a asumir la responsabilidad principal del calentamiento global.

Mientras tanto, los negociadores jefe de la Unión Europea y Estados Unidos lanzaron una fuerte ofensiva para que los países industrializados no sean los únicos que deberán financiar las políticas climáticas del sur y, por el contrario, insistieron en que tendrán que obtener ayuda de otras naciones. Esto confirma que la financiación de la lucha contra el cambio climático es uno de los puntos críticos que deben ser resueltos en el corto plazo que queda de la cumbre, que finaliza el viernes.

“En el tema financiación, aún estamos negociando”, advirtió en rueda de prensa el comisario europeo, Miguel Arias Cañete. “Hemos sido el mayor contribuyente del financiamiento climático, y estamos decididos a aumentar ese nivel de apoyo”, aseguró, pero “el mundo ha cambiado desde que la Convención (de la ONU de 1992 sobre el clima) dividió el mundo en dos partes”, entre países desarrollados y en vías de desarrollo, justificó. En ese acuerdo de 1992, quedó sentado que los primeros eran los que debían apoyar a los segundos, por cuestiones obvias.

Según Arias Cañete, “muchos países en desarrollo tienen capacidades financieras que no tenían en 1992”. Por eso, sostuvo que “cada país con la capacidad de hacerlo debería apoyar a los países más pobres, los más vulnerables”, agregó, en una alusión directa a China, que ya ha prometido dar dinero a los países del Sur. El representante de Estados Unidos, Todd Stern, también insistió sobre la contribución de los nuevos países.

Mientras tanto, más de 70 científicos galardonados con el Premio Nobel entregaron al presidente francés, François Hollande, un llamado a “todos los países del planeta para que adopten medidas decisivas” contra el calentamiento global. Aseguraron que el cambio climático pone al mundo bajo una “amenaza de un alcance comparable” al de una bomba atómica.

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El primer expositor de la jornada fue el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Imagen: EFE
 
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