Más de 30 países presentaron ayer en Tokio una protesta conjunta por la reciente decisión adoptada por el gobierno japonés de retomar en la Antártida su polémico programa de pesca de ballenas con fines científicos. La protesta de 33 países, entre ellos todos los de la Unión Europea, Estados Unidos, México, Australia y Nueva Zelanda, se plasmó en una nota diplomática entregada al gobierno de Tokio por el embajador neocelandés en la capital nipona. La semana pasada los balleneros nipones zarparon por primera vez con rumbo a la Antártida desde que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resolviera en marzo de 2014 que Japón debía detener su programa porque claramente no respondía a intereses científicos. La CIJ exigió una reducción de dos tercios en el volumen de capturas si Tokio retomaba esta campaña. De todos modos, Japón aplicará la cota máxima.