Sábado, 7 de mayo de 2016 | Hoy
SOCIEDAD › ALLANARON LA CASA DE LA ULTIMA PAREJA DE CARINA DRIGANI BULLA
El jueves por la noche fue allanada la casa de Hugo Salas, última pareja de la fisioterapeuta cuyo ex marido, Daniel Baretta, sigue detenido. Hasta el momento, ningún familiar de la mujer se presentó como querellante en la causa.
Por Soledad Vallejos
En la investigación por la muerte de Carina Drigani Bulla, la fisioterapeuta que desapareció de su consultorio el martes por la noche y cuyo cuerpo fue hallado en Icho Cruz el jueves, la Justicia investiga a su última pareja, Hugo Salas. En tanto, el ex marido de la mujer, Daniel Baretta, con quien tuvo dos hijos en común, continúa detenido en el penal de Bouwer. Sobre la causa rige secreto de sumario. “Sólo hay trascendidos”, dijo a este diario la abogada Diana Dreller, que representaba a Drigani Bulla en la denuncia que la mujer había radicado por violencia.
El jueves por la noche, la Justicia provincial allanó la casa de Salas y secuestró teléfonos y un vehículo, entre otros elementos. La medida fue dispuesta por la fiscal de Violencia Familiar María de las Mercedes Balestrini, que entiende en la causa. El defensor de Baretta, Gustavo Núñez, declaró que los materiales secuestrados “podrían comprometer seriamente” a Salas, quien convivía con Drugani Bulla y realizó la denuncia por la desaparición.
Cuando aún no había sido encontrado el cuerpo de la mujer en el arroyo La Aguada, Núñez aseguró que su defendido estaba en su lugar de trabajo durante la franja horaria en que se presumía que había ocurrido la desaparición. Ayer, poco después de que trascendieran los allanamientos, el abogado dijo que él y su cliente aportaron “importantes elementos probatorios que, a nuestro entender, son indicios graves de que Salas tiene mucho que ver con lo que ha ocurrido a Carina”.
Salas, en primera instancia, pidió a Dreller que lo patrocinara para presentarse en la causa, pero la abogada declinó la oferta “porque no sería ético”, explicó a este diario. “Salas me dice: ‘Me han allanado ¿Qué hago? Carina era mi compañera de vida’. Estaba un poco shockeado. Entonces le digo ‘ponete a disposición de la Justicia, con una presentación por escrito’. Me dice ‘¿usted puede?’, pero le tuve que decir que no. Yo he velado por los intereses de Carina, y todavía estoy sufriendo porque me la imagino a Carina sentada ante mi escritorio. Mal podría representar a una persona que está siendo investigada por el caso”, señaló Dreller.
En tanto, el abogado Rubén Solé Dolphyn anunció que representará a Salas, y que presentará “pruebas importantes” que demuestran su inocencia. La sospecha sobre Salas podría estar vinculada con una camioneta que pasó por una cabina de peaje camino a Icho Cruz luego de la desaparición de Drigani Bulla, y que de acuerdo con algunas versiones sería propiedad de la última pareja de la mujer.
La abogada Dreller señaló a este diario que “de acá al lunes podría haber novedades” en la causa, porque están en tren de realizarse los peritajes sobre teléfonos celulares, videos de la cabina de peaje, autos, además de inspecciones oculares.
De momento, los hijos de Drigani Bulla y Baretta, un varón de 15 años y una niña de 12, no se presentaron para ser querellantes en la causa; la mujer no tenía más familia cercana.
Drigani Bulla había realizado denuncias por violencia familiar. Inicialmente, poco después de su separación de Baretta, “presentó una denuncia porque tenía muchos conflictos con el hijo varón, que ahora vive con el papá”, señaló Dreller, quien añadió que “ese conflicto generaba una situación que fue desestimada por el juez, pero generó un expediente de violencia familiar”. En enero de este año, la casa en la que vivían ella y su hija se incendió una noche, de manera aparentemente intencional; se mudaron; Drigani Bulla radicó una denuncia, pero “sin imputación contra nadie, porque no había testigos ni peritajes con resultados positivos”. Cuando ya se habían mudado, el frente de la casa apareció con pintadas: “decían ‘te vamos a matar’, ‘van a terminar muertas las dos’”. Sin embargo, esa investigación tampoco prosperó “porque no hubo imputación”. “Carina dirigía las sospechas hacia su ex pareja, y decía ‘la Justicia no hace nada’, pero no había elementos para imputar”, recordó la abogada, quien también señaló que las últimas amenazas anónimas recibidas por su clienta “se dirigían a ella usando términos que tenían que ver con su intimidad”.
La abogada recordó que la última vez que habló con Drigani Bulla fue el martes al mediodía, cuando estaba con especialistas en violencia de género y pidió a su clienta que le remitiera los mensajes de las amenazas. “Me dijo ‘ok, Diana, sos una leona, luchás por mí, te quiero’. Y a las 17.05 recibo una llamada del señor Salas donde me manifiesta, textualmente, no lo puedo olvidar: ‘Diana, Carina ha sido secuestrada’”.
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