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Por ahora, sólo asistirán a clase. Una suerte de curso de verano que finalizará en cuatro meses. Si lo aprueban, estarán en estaciones ferroviarias, plazas y en las calles más transitadas de la ciudad. Serán los primeros 500 policías porteños que, aunque vestirán y tendrán el mismo equipamiento que la Policía Federal, y formalmente serán parte de ella, no dependerán de los comisarios ni se reportarán en las seccionales. A partir de un acuerdo entre Nación y el Gobierno de la Ciudad que se firma hoy, con el que se evita –al menos por ahora– el polémico y resistido traspaso de la Federal a manos porteñas, el nacimiento de la Policía Comunitaria apunta a convertirse en el germen de lo que pretende Aníbal Ibarra: que la ciudad cuente con una fuerza de seguridad bajo sus órdenes. Sumarán 500 efectivos por año y al final del actual mandato, la nueva fuerza contará con 2000 hombres.
El nuevo cuerpo tiene por nombre formal Dirección General de Policía Comunitaria y tendrá incumbencia sólo en el ámbito porteño. Los efectivos estarán, según aseguran desde el Gobierno de la Ciudad, en lugares públicos como parques, plazas, estaciones de trenes y zonas “conflictivas en materia de tránsito”. La iniciativa se logró luego de más de un año de negociaciones donde la mayor resistencia estuvo en la Federal, que temía que la nueva experiencia le reste poder.
Tanto desde Nación como funcionarios cercanos a Ibarra remarcaron que los 500 hombres dan “especificidad a la fuerza” –ése fue el argumento ante la cúpula de la Policía–, pero desde ambos sectores admitieron que en el mediano plazo habrá dos opciones: que dentro de la Federal haya un cuerpo importante en número que se dedique exclusivamente al trabajo en espacios públicos o que esa fuerza se independice y quede en manos del gobierno municipal.
El subsecretario de Seguridad porteño, Enrique Carreli, destacó que el papel del nuevo organismo será “analizar, coordinar e implementar programas de seguridad ciudadana para la prevención del delito para las calles, la venta ambulante, parques, plazas y estaciones ferroviarias. Lo más importante es que es la primera vez que habrá una policía destinada a tareas específicamente locales, como tienen las grandes ciudades como París, que estará cerca de las necesidades de la gente; de los lugares que en la actualidad no llegan a cubrirse por no haber suficiente personal y porque ésa es una actividad más entre otras que tienen las comisarías. Ahora nadie podrá sacar al policía que está en la plaza o en la esquina, su obligación exclusiva será estar en ese lugar”.
Los aspirantes, seleccionados por la Federal, ya están en la escuela de suboficiales y egresarán en abril. Durante los dos meses posteriores estarán en las calles con un “tutor”, un efectivo con experiencia en la tarea. De la flamante fuerza, cien de ellos estarán destinados a controlar el tránsito en las arterias de mayor circulación. Otros cien trabajarán en contravenciones, 150 en plazas y parques, y una cifra similar en las estaciones ferroviarias. El costo anual, tanto de sueldos como equipamiento –los mismos que los de la Federal–, estará a cargo de la Ciudad y llegará a 6,4 millones de pesos anuales.
“La Policía Federal nunca pudo asumir el trabajo específico de policía local, de estar en la mediación social con los vecinos, por eso este espacio dentro de la misma fuerza, como lo es la Guardia de Infantería, contribuirá al trabajo cotidiano para mejor. Por todo esto, tanto nosotros como Nación y la misma policía se verán beneficiados al participar de este nuevo espacio”, afirmó el subsecretario de Seguridad de la ciudad.
El Comité Técnico de Seguridad Ciudadana será el órgano superior de la Policía Comunitaria. Su función será diseñar los programas, establecerá prioridades, horarios de recorridas, lugares, controlará el cumplimiento y analizará los resultados. Estará a cargo del secretario de Seguridad Interior, Norberto Quantín; el secretario de Seguridad porteño, Juan Carlos López; y el superintendente de Seguridad Ciudadana de la Federal, Jorge Valleca.
El antecedente directo de la iniciativa está en el pedido de traspaso de la Federal a la ciudad, resistido por los sucesivos titulares de la fuerza de seguridad y nunca acordado por ambos gobiernos. Desde que Fernando de la Rúa era jefe de Gobierno se reclamó el cambio, pero siempre acompañado del traspaso de la Justicia y del presupuesto para mantener a los 13.000 hombres que integran la fuerza.
Desde el gobierno porteño admitieron que éste es el primer paso para la constitución de una policía bajo el mando del Gobierno de la Ciudad y aseguraron que la iniciativa fue resistida, en un comienzo, por la cúpula de la Federal. “Para llegar a esta etapa tuvo mucho que ver el continuo acercamiento de Aníbal a la fuerza, los equipamientos que donó, las soluciones que intentó acercar a cada uno de sus reclamos. Así se fue ganando su confianza y, con señales políticas desde el gobierno nacional, entendieron que no queríamos invadirlos y sacarles cosas, sino mejorar la situación actual”, señaló un allegado el jefe de Gobierno porteño.
Del total de efectivos federales de la Capital, sólo 5000 están en espacios públicos. Si todos los años se suman 500 nuevos hombres a la Policía Comunitaria, la fuerza donde tendrá poder de decisión Ibarra representará al 40 por ciento de los que estarán en la calle. Al respecto, la fuente porteña confirmó la estrategia: “Tratamos de no discutir sobre lo que pasaría en el futuro con esta nueva área, pero sabemos que es probable que sea el primer paso para que el jefe comunal tenga incidencia directa en la seguridad de su distrito”.
Informe: Darío Aranda