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La familia de Liliana Gotardo, una peluquera de 51 años asesinada en la ciudad bonaerense de San Miguel, denunció que su ex marido, preso y acusado de instigar el femicidio, continúa percibiendo dinero de alquileres de propiedades en San Miguel y en Corrientes que pertenecían a la víctima. Por el crimen fueron detenidos dos soldados, quienes habrían actuado por orden de su ex marido, un ex militar.

En octubre pasado, la peluquera Gotardo fue ejecutada a sangre fría por un sujeto que le disparó cuatro veces a menos de 50 centímetros y huyó en moto junto a un cómplice. La abogada de la familia, Catalina Kiesel, aseguró que el ex militar Rodolfo Maguna (46), acusado de ser el autor intelectual del crimen, “otorgó un poder a su hermana a través del cual puede cobrar alquileres de bienes que eran del matrimonio y en algunos casos sólo de ella”, y que “esto no le corresponde porque está con prisión preventiva confirmada por haber ordenado matar a su ex mujer”. Dicha maniobra perjudica a la hija de 20 años del matrimonio, que actualmente se encuentra a cargo de una tía. Kiesel también denunció que el ex militar utilizaría un teléfono celular desde la prisión que le facilita otro interno y pidió que se investigue esa irregularidad.

Según la investigación del fiscal de Malvinas Argentinas Ricardo Romero, Maguna –que era suboficial principal en la Agrupación Aviación de Ejército 601 en Campo de Mayo– mantenía una relación conflictiva con su ex mujer y habría contratado a dos soldados para matarla, los que fueron aprehendidos la semana pasada. Ambos sospechosos –subordinados de Maguna en los talleres de Campo de Mayo– se negaron a declarar y quedaron imputados como coautor y partícipe secundario de “homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria, por el vínculo y femicidio”, el mismo delito por el que cumple prisión preventiva el ex militar y que fue confirmado por la Cámara de Apelaciones.

El 22 de octubre pasado, Gotardo cerró su peluquería Carily en Paunero al 1700 de San Miguel, y junto a una empleada cruzó la calle a buscar su camioneta en un garaje. Mientras la víctima se hallaba de espaldas, apareció un hombre armado que la hizo girar para corroborar que se tratase de ella y, sin mediar palabra, le disparó cuatro balazos con una pistola calibre 9 milímetros, tras lo cual huyó en moto con un cómplice.