SOCIEDAD
Un desperfecto dejó al Spirit sin voz y en la NASA se acabó la fiesta
Desde el miércoles, en la NASA no tienen noticias del robot que explora el suelo marciano. “Hay una anomalía muy seria”, reconoció la central espacial, que espera para el domingo la llegada al planeta rojo de una segunda nave con un robot idéntico al Spirit.
Por Federico Kukso
Y de repente, silencio; el más completo silencio. Según anunciaron ayer científicos de la NASA, desde el miércoles a las 13.40 (hora argentina) no tienen noticias del Spirit, el robotito que hace casi 19 días terrestres se encuentra –y se mueve– sobre suelo marciano buscando rastros de agua líquida. La señal se perdió justo cuando el vehículo explorador se disponía a utilizar el microtaladro que tiene en su brazo mecánico para realizar el primer estudio geológico pormenorizado de un objeto marciano, una roca de forma triangular y del tamaño de una pelota de fútbol americano, bautizada como “Adirondack” por los ingenieros del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. Pero el robot no estará solo por mucho tiempo: si todo sale según lo previsto, este domingo llegará también a Marte la sonda Opportunity, la segunda nave espacial estadounidense que contiene un robot exactamente igual al Spirit.
La primera hipótesis acerca del problema del robot que barajaron los científicos estadounidenses fue que la incomunicación se debía a una tormenta con truenos y relámpagos en Canberra (Australia), donde está emplazada una de las tres antenas del Deep Space Network, un complejo con el que la NASA se contacta con sus misiones interplanetarias. Sin embargo, la tormenta ya se disipó y el problema aún persiste. Ayer, el robot permaneció en silencio y los científicos temen que haya sufrido algún daño que le impide comunicarse con la Tierra como lo hizo regularmente hasta ahora.
En una conferencia de prensa realizada ayer en el Centro de Control de la misión en Pasadena (California), Pete Theisinger, el director del proyecto, afirmó que “hay una anomalía muy seria” en las comunicaciones con el robot y que en un primer momento el Spirit sólo envió datos sin sentido al azar y señales vacías, que indicarían que su sistema de transmisión está intacto y que recibe instrucciones, pero que no puede procesarlas. Otras posibilidades son que la batería de litio del vehículo esté descargada, que la memoria de la computadora de a bordo se haya dañado o que la nave haya sufrido un golpe durante el amartizaje. Pero no todo está perdido: si bien el silencio continúa, los ingenieros norteamericanos confirmaron ayer que el Spirit mandó una simple señal de radio (sin información alguna) que les comunicaba que había recibido una transmisión desde la Tierra.
Durante los últimos siete días el robotito avanzó sólo tres metros y no se cansó de enviar postales marcianas, entre ellas una espectacular toma de la plataforma que abandonó el robot la semana pasada para comenzar su aventura y una imagen de las huellas que dejaron sus ruedas sobre el suelo rojizo marciano. Descompuesto o no, dentro de muy poco el Spirit tendrá compañía: al menos que algún imprevisto se cruce en el camino, este domingo a las 2.05 de la madrugada (hora argentina), su mellizo, el Opportunity, se posará sobre suelo marciano justo al otro lado del planeta, en una zona llamada Meridiani Planum, una llanura a 2 al sur del ecuador marciano. Y entonces serán dos.
Lanzado el 7 de julio del año pasado desde Cabo Cañaveral, Florida, el Opportunity es exactamente igual al Spirit: mide 1,5 metro de alto, 2,3 m de ancho y 1,6 de largo; pesa 174 kilos; y lleva un arsenal de instrumentos (cámaras panorámicas y espectómetros) para hacer de geólogo a distancia analizando la composición de las rocas del lugar. El robot también “vivirá” unos 90 días y tiene como adorno, adosado a uno de sus paneles, un pequeño DVD con más de cuatro millones de nombres de personas de todo el mundo que voluntariamente se registraron en el sitio web de la NASA durante la primera mitad del año pasado.
La secuencia de entrada al planeta también será la misma: una vez en la atmósfera marciana, primero se desprenderá del escudo termal que lo recubre, luego se abrirá un paracaídas supersónico, se prenderán susretropropulsores y finalmente la sonda será cubierta por unas airbags con las que rebotará unas 30 veces hasta finalmente detenerse en la superficie de ese planeta pedregoso, rojizo y siempre tan misterioso llamado Marte.