SOCIEDAD
La fiebre casamentera gay en San Francisco ya perturba a George W.
Los efectos de la avalancha de matrimonios homosexuales en San Francisco llegaron a la Casa Blanca: el presidente dijo estar “perturbado” y analiza pedir que la Constitución los prohíba.
La avalancha de matrimonios entre homosexuales celebrados en la última semana en San Francisco llegó a las 2600 ceremonias. Una cifra que provocó el escozor de agrupaciones religiosas y conservadoras, que interpusieron dos demandas contra los casamientos autorizados por el alcalde local. Las presentaciones fueron desestimadas. Y la fiebre casamentera gay llegó al más alto nivel político en Estados Unidos. En California, el gobernador Arnold Schwarzenegger aseguró que se trata de “un acto de desobediencia civil que desafía la ley del estado”. Y en la Casa Blanca, el presidente George W. Bush dijo estar “perturbado” por esa situación y advirtió que, según cómo continúe la situación, estudiará la posibilidad de pedir al Congreso una enmienda de la Constitución que prohíba los casamientos homosexuales.
El alcalde Gavin Newsom se mostró sorprendido por la abrumadora respuesta que tuvo su iniciativa. Para Newsom, del Partido Demócrata, esta batalla no es muy diferente de las que, en el pasado, consiguieron acabar con las leyes que prohibían el matrimonio entre personas de diferentes razas o religiones. “Estados Unidos ha tratado desde sus comienzos de acabar con la discriminación en todas sus formas”, señaló el alcalde.
“La Constitución de California no deja lugar a ningún tipo de discriminación”, indicó Newsom, quien dio permiso a los funcionarios de la ciudad para que continúen expidiendo licencias hasta que los jueces no ordenaran lo contrario. Sin embargo, Bush planteó una dura oposición: “Sostengo firmemente que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer”, y calificó como “jueces activistas” a quienes autorizaron los matrimonios entre personas del mismo sexo.
El juez James Warren desestimó el martes la solicitud del grupo conservador Alliance Defense Fund (ADF), que se opone a este tipo de casamientos, al que convocó a una audiencia para el 29 de marzo. El mismo día, el juez Ronald Quidachay, de la Corte Superior de San Francisco, decidió postergar hasta el viernes la audiencia con el grupo Campaña por Familias de California (CCF), que intentó frenar de forma inmediata la emisión de licencias y la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo.
La histórica iniciativa convirtió a San Francisco en un centro de peregrinación de la población homosexual del país desde el pasado jueves. Las autoridades locales celebraron ese día el primer casamiento entre dos lesbianas, Del Martin y Phyllis Lyon, conocidas activistas y pareja durante más de cinco décadas. Aunque la cifra aumentó en forma maratónica: hasta el martes por la noche, el número de matrimonios ascendió a más de 2600 parejas gays, que bajo la lluvia esperaron cumplir su sueño.
El alcalde Newsom comenzó a planear la acción de desobediencia civil tras escuchar el discurso sobre el estado de la Unión en el que Bush expresó su apoyo a la promulgación de leyes que prohíban los matrimonios entre personas del mismo sexo. “Estaba en el debate (en Washington) y sentí una gran determinación sobre este asunto”, señaló Newsom, quien se convirtió en el primer alcalde que lleva a una gran ciudad a celebrar bodas homosexuales en masa. Mientras los jueces no lo impidan, advirtió Newsom, el número de uniones continuará creciendo.
“El alcalde de San Francisco está violando las leyes. Se está convirtiendo en un dictador, imponiendo sus propios valores. Si el alcalde no sabe leer las leyes, esperamos que un juez pueda hacerlo por él”, afirmó Randy Thomasson, director de Campaña por las Familias de California. El grupo “Proposition 22 Legal Defense and Education Fund” alegó en otra demanda que los californianos “ya tuvieron oportunidad de votar al respecto en 2000, cuando decidieron que el matrimonio es exclusivamente entre un hombre y una mujer”.
La polémica que se desató en California a raíz de esta situación coincide con un debate sobre el tema en el Estado de Massachusetts que desde noviembre del año pasado se convirtió en el primero que a través de un fallo judicial permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.