SOCIEDAD › SITIOS DE INTERNET QUE UNEN A LOS QUE NECESITAN CON LOS QUE DAN

Si quiere ayudar, haga doble click

Son páginas web que crecen al calor de la crisis: permiten que los que quieren ayudar se encuentren con los que necesitan ayuda. La gente se anota y recibe por mail los pedidos. Participan ONG y ciudadanos comunes y corrientes.

Que la situación social es crítica no hay quien lo dude. Que cada vez hay más pobres, es un hecho repetido hasta el hartazgo. Sin embargo, en tiempos de tanta malaria, los gestos solidarios no faltan, y tampoco los canales para ofrecer lo poco o mucho que se tenga. El que quiere ayudar tiene posibilidades al alcance de la mano, o del dedo: con un click del mouse puede encontrar a quien necesita su ayuda. Página/12 realizó una recorrida virtual por diferentes sitios de Internet solidarios, espacios de encuentro que posibilitan el establecimiento de lazos entre aquellos que necesitan y quienes están dispuestos a dar. Se manejan al mejor estilo del recordado Roberto Galán: permiten que quienes se buscan se encuentren, eligiéndose de acuerdo con sus características. En su mayoría los demandantes son organizaciones sin fines de lucro que piden desde ayuda material hasta colaboraciones laborales. Y voluntarios no faltan: “En sólo cinco meses se registraron más de 600 personas de todos los rangos sociales”, comenta Juan Cruz Mones Cazon, de “Da una mano”.
La frase “Sólo poseo lo que soy capaz de dar” corre a lo largo de la pantalla cuando uno navega por sersolidario.org.ar, el sitio creado por Diego Servente, Matías Testai, Carina Rodríguez y Sandra Lorena Moreno Alvarez, todos jóvenes de Ciudadela que apenas superan los veinte años. “SerSolidario nació con la idea de ser una simple base de datos de Capital y Gran Buenos Aires. Pero a los pocos meses, ya habíamos recibido una cantidad de registros y sugerencias tal que debimos ofrecer nuevas opciones y ampliar la base a todas las provincias del país”, cuenta Diego, y agrega que “actualmente recibimos un promedio de 80 visitas diarias, lo que muestra que hay mucha gente interesada”.
En la página principal se puede acceder a la base de datos que cuenta con alrededor de 600 instituciones. El abanico de actividades y donaciones a realizar comprende desde ayudas económicas hasta comedores de ancianos de Formosa o grupos aborígenes de la comunidad toba, pasando por asistencias terapéuticas a niños y adolescentes que sufrieron abuso sexual y trabajos voluntarios en comedores de todas las provincias. Como en otros sitios, quienes se ofrecen como voluntarios o donantes y aquellos que necesitan una mano pueden registrarse en la lista de correo –que hasta la fecha llega a 2500 personas– y recibir información acerca de lo que buscan en su casilla electrónica, además de enterarse de los pedidos y ofrecimientos de otros integrantes de la red.
“Yo formo parte de los dos bandos”, dice Beatriz M. Valerio, de Campana. Algunos años atrás, Beatriz y su marido Miguel descubrieron que su hijo adolescente tenía problemas de adicción a las drogas y enviaron mails a la lista de correo preguntando sobre algún lugar recomendable donde llevar a su hijo. Finalmente, una persona de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, les informó sobre una granja de recuperación gratuita creada por la Asociación de Padres Manos Abiertas que, a pesar de sufrir problemas económicos, “trabajaba muy bien con los chicos”. “Desde ese momento, entendimos que no podíamos preocuparnos sólo por nuestro hijo y buscamos colaborar con la gente de la granja de todas las maneras posibles”, comenta Beatriz. A falta de dinero, la mujer aprovechó sus conocimientos en sistemas –es analista, además de profesora de matemática– y creó una página virtual, manosabiertas.org.ar, donde cuenta sobre la institución y pide colaboraciones. “Es muy difícil recibir donaciones materiales, aunque gracias a la página y el mailing de SerSolidario conseguí contactarme con gente que se acercó a la granja.”
Res non verba –hechos, no palabras, en latín–, así se llama la Asociación Civil fundada por Juan Cruz Mones Cazon y Matías Laurenz, más un numeroso grupo de amigos de Capital Federal y provincia de Buenos Aires. Los jóvenes, que aún no llegan a los 30 años, aprovechando sus conocimientos en informática y el apoyo de algunas empresas y ONG, crearon a través de la asociación el sitio daunamano.org, cuya versión “piloto” apareció on line en octubre de 2001. “A pesar de que recién lanzaremos oficialmente el sitio en junio próximo, ya contamos con más de setentaactividades solidarias registradas y más de 600 voluntarios anotados en la lista de correo, de los cuales casi 60 nos ayudan a mantener actualizada la página”, detalla Juan Cruz, todavía sorprendido por la llegada de la página en tan poco tiempo. Una de las características de este sitio es la de que contiene un programa a través del cual registra automáticamente cuando un voluntario se anota para atender algún pedido.
Otros dos casos de colaboraciones, esta vez relacionados con Da una Mano, son los de Agustina y Javier, ambos abogados de un estudio jurídico de la Capital, y Carina Valenzuela. “Lo nuestro fue simple –explican con humildad los abogados–: una vez inscriptos en la lista, se nos informó acerca de un pedido de la Fundación Apoyo Familiar que coordina Ana Mon en el que solicitaban desde aportes materiales hasta ayuda psicológica y apoyo escolar voluntario, y lo que se nos ocurrió fue donar una parte de nuestro sueldo y pedirles a los empleados del estudio un gesto similar, no sólo por este mes sino de aquí en adelante.” “Por suerte se prendieron 15 personas y ya en estos días vamos a aportar lo necesario para que al menos haya dos chicos menos que pasen hambre en Argentina”, comentan satisfechos Agustina y Javier.
Carina Valenzuela, enterada de los vaivenes del comedor infantil Casita de la Virgen, instalado dentro de la villa de emergencia La Cava, en Beccar, también acudió al mailing de daunamano.org, con la misma idea de colaborar y reunir espíritus solidarios. Ella buscó gente dispuesta a llevar adelante actividades recreativas y educativas con chicos “desde bien chiquititos hasta 12 años”, y logró reunir en pocos días a 20 personas. “Apenas registré mi proyecto en la página me llegó información con los nombres y mails particulares de los voluntarios registrados para fines que se adecuaban a lo que buscaba, y la mayoría aceptó mi propuesta.”
Producción y textos: Darío Nudler

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