SOCIEDAD
La muerte del hombre que fue educado para ser mujer
Por A. F.
Al principio se llamó Bruce, luego pasó a ser Brenda y al final fue David. Ya no lleva ninguno de esos nombres porque se quitó la vida a principios de este mes en Winnipeg, Canadá, donde había nacido. Muchos vecinos de David Reimer ni siquiera sabían que ese hombre de 38 años era el desgraciado protagonista de un horroroso experimento médico de los años setenta, conocido con el nombre de “John/Joan”. Su autor fue un hombre de curioso apellido: el doctor Money, un experto en sexología de la Universidad Johns Hopkins, que postuló la teoría de que el sexo depende más que nada de la forma en que una persona es educada y pretendió demostrarla en la piel de David.
En verdad, todos los problemas de David Reimer empezaron en otro consultorio médico, adonde fue llevado junto a su hermano gemelo Brian para ser circuncidados. Por entonces se llamaba Bruce y nada parecía empañar su vida recién estrenada. Pero la intervención salió horriblemente mal: al parecer por impericia del médico el cauterizador eléctrico utilizado quemó el pene del bebé a tal punto que perdió todas sus funciones. En esa época, la cirugía de reconstrucción genital aún no se había desarrollado, por lo cual los médicos no les dieron a los padres de Bruce ninguna esperanza de que la situación pudiera revertirse.
Los Reimer se sentían devastados cuando por casualidad vieron en televisión un programa en el que el doctor John Money hablaba sobre una nueva teoría de género: sostenía que no era tanto la naturaleza como la crianza lo que determinaba el sexo. “Aseguraba que es posible que los bebés tuvieran un sexo neutral al nacer, un sexo indefinido, que se puede cambiar en el desarrollo de su vida”, contó después Janet Reimer. Pensaron entonces que ésa podía ser la salvación para Bruce y le escribieron a Money.
Para el médico, Bruce era un candidato perfecto para el experimento y su gemelo Brian serviría de control. Con la misma herencia genética, serían criados uno como nena y otro como varón. Los Reimer se pusieron en manos de Money y en julio de 1967 los médicos operaron a Bruce, le extirparon los testículos y lo que quedaba de su pene y le realizaron una cirugía plástica con apariencia de genitales femeninos. Money les dijo a los padres que a partir de ese momento debían criar al bebé como si fuera una nena y mantener todo el episodio en estricto secreto. Bruce pasó a ser Brenda.
Los Reimer siguieron las instrucciones al pie de la letra. Sin embargo, las cosas no marchaban como estaba previsto: a Brenda no le gustaban los vestidos, no era bien aceptada en la escuela, donde la tildaban de “freak” y se burlaban de ella porque intentaba orinar parada. Estos detalles fueron relatados por la madre a John Colapinto, periodista de Rolling Stone, quien escribió un libro sobre el caso llamado Tal como la naturaleza lo hizo.
Pero mientras en la familia veían que la situación no iba por buen camino, Money declaraba a los cuatro vientos que su experimento era un éxito. En un artículo publicado en Archives of Sexual Behaviour escribió: “El comportamiento de la niña es claramente el de una chica activa, bien diferente de las formas masculinas de su hermano gemelo”. Al mismo tiempo la revista Time publicaba un artículo que sostenía que: “Este caso constituye un apoyo férreo a la mayor de las batallas de la liberación de la mujer: el concepto de que las pautas convencionales sobre el comportamiento masculino y femenino pueden alterarse”. Entre tanto, Brenda y Brian debían seguir la terapia con Money, sesiones que ellos recordaron en años posteriores como una tortura, en las que eran obligados a ver imágenes sexuales y desvestirse.
En los años siguientes, y ya en la adolescencia, los gemelos empezaron a alejarse de Money, quien presionaba a la familia para que Brenda se sometiera a una nueva operación, esta vez a fin de crearle una vagina real. La chica hizo el primero de sus tres intentos de suicidio y pasó a tratarse con otro psiquiatra. Fue entonces cuando finalmente su padre le confesó la verdad. Semanas más tarde decidió retomar su identidad masculina y pasó a llamarse David. Se cortó el pelo, cambió su forma de vestir y un tiempo después una intervención le reconstruyó los órganos sexuales, que le permitían tener relaciones aunque no procrear.
A los 23 años David conoció a una mujer que había tenido tres hijos siendo soltera y se casó con ella. Sin embargo, el matrimonio duró unos pocos años. En el año 2002 su hermano gemelo, que sufría esquizofrenia, se suicidó con una sobredosis de medicación. David nunca pudo superarlo. A esto se sumó la pérdida de una alta suma de dinero que había obtenido gracias al libro de Colapinto y que invirtió en unas acciones que se derrumbaron. Sus últimos tiempos los pasó haciendo pequeños trabajos para sobrevivir y visitando a diario la tumba de su hermano. Murió el 4 de mayo pasado: su familia reveló días después que también él había cometido suicidio.
El doctor John Money, en tanto, sigue siendo profesor emérito de la Universidad Johns Hopkins. Más allá de las críticas recibidas en el caso John/Joan –sobre todo tras la aparición del libro de Colapinto– sigue conservando prestigio por sus aportes a la sexología y tiene numerosos trabajos de investigación y más de treinta libros publicados. En estos días, varios medios canadienses y europeos intentaron contactarlo para que diera alguna opinión tras la muerte de David Reimer, pero sólo trasmitió que no tenía ningún comentario que hacer. En todos estos años jamás hizo una autocrítica del experimento.