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El envión anímico de River continúa su marcha y luego de ubicarse en las semifinales de la Copa Libertadores tuvo su extensión en el torneo Clausura. El único líder del campeonato resolvió favorablemente una prueba de peligro serio. Como Racing se encontraba a seis puntos en la tabla, un traspié en Avellaneda hubiera significado quedar con sólo tres puntos sobre el conjunto de Avellaneda, y con la posibilidad de que Boca pudiera desplazarlo de la cima. Pero si bien no fue una demostración superlativa del ganador, la capacidad de sus individualidades pudo prevalecer ante el empeño que exhibió el equipo local.
Los problemas de Racing comenzaron antes de salir a la cancha, a partir de la ausencia de sus principales figuras. Por diferentes motivos, Gastón Fernández, Mariano González, Orozco, Mirosevic y Cuenca no pudieron participar de este encuentro, que era decisivo para sus aspiraciones en el campeonato. De todas maneras, Racing pudo disimular aquellas faltas, y en algunos pasajes del juego consiguió tener la iniciativa del desarrollo. Primero comenzaron destacándose Rimoldi y Romero por ambos laterales, mientras que el delantero Benítez mostraba mucha movilidad por el sector derecho, superando con facilidad la marca de Rojas.
Sin embargo, cuando Racing parecía ser el principal protagonista, River se puso en ventaja a través de Sand. El correntino, quien jugó en lugar de Cavenaghi, ausente por una contractura, cabeceó la pelota luego de un centro de Coudet desde la derecha. El volante había iniciado la acción presionando sobre la salida de un jugador rival. A partir de ese momento, Racing comenzó a buscar el empate, pero carecía de profundidad, mientras River sólo se acercaba con remates desde lejos.
El segundo tiempo continuó con la misma tesitura que había terminado la etapa anterior, pero River se encontraba mejor parado que su rival, y así controlaba el partido sin complicaciones. Las necesidades de Racing provocaron el ingreso de Principiano, que se convirtió en el encargado de conducir a su equipo hacia el arco de Lux. Y tres minutos después de su entrada, Racing llegó a la igualdad con un tiro libre ejecutado por Rimoldi, luego de que la pelota se desviara en la barrera.
En el final, River se volcó en el campo rival pero no tenía claridad, hasta que apareció Gallardo con un remate al arco que encontró en el camino a López, quien definió por entre las piernas de Pezzuti. A esa altura, el liderazgo estaba asegurado, y ahora el horizonte se aguarda con mayor entusiasmo.