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Por Camilo Ratti
Desde Córdoba

Apuntándole a la cabeza y pidiéndole dinero, dos delincuentes asaltaron ayer a la madrugada al intendente de Córdoba, Luis Juez, y se fugaron sin que la policía interviniera, cuando es cotidiano que una camioneta de esta fuerza proteja la cuadra una vez que se retira el custodio que vigila hasta las 23 el domicilio del jefe comunal. Todavía shockeado por el incidente, Juez no quiso hablar del tema con la prensa y señaló: “Me pasó lo que le puede pasar a cualquiera en esta ciudad”, y a través de sus funcionarios hizo saber que no pedirá custodia personal permanente. Por su parte, las autoridades policiales y el propio ministro de Seguridad de la provincia, Carlos Alessandri, confirmaron que se abrirá un sumario administrativo para saber por qué un móvil de la policía no estaba donde debía estar.
Esta vez, a Luis Juez lo traicionó su estilo de vida y de entender la política: nunca aceptó tener custodia personal, ni para trabajar ni en su propia casa, porque dice ser “un ciudadano más, como cualquier cordobés y quiero vivir como tal”.
Las palabras que repitió una y mil veces como candidato y que luego confirmó en los siete meses que lleva como máxima autoridad municipal ayer le jugaron una mala pasada. Dos delincuentes, evidentes conocedores de las costumbres del intendente, esperaron a que éste regresara de un programa de televisión y a la 1 de la madrugada lo asaltaron en la puerta de su casa, robándole 300 pesos y algunas tarjetas de crédito, un rato después de que la custodia que de oficio le puso la policía provincial se retirara y dejara la calle desierta.
Cuando Juez terminaba de guardar su auto y se disponía a entrar a su casa en el barrio Providencia, a 15 cuadras del centro, los delincuentes lo encararon para asaltarlo. “Eran dos, uno le puso la pistola en la cabeza y otro le apuntaba de más lejos. Lo amenazaron diciéndole ‘no te hagás meter un tiro y entregá la plata’, a lo cual el intendente accedió, no sin antes pedirles que se tranquilizaran”, contó a Página/12 uno de sus funcionarios, quien disculpó a un Juez todavía conmovido por el mal momento que pasó.
La misma fuente agregó que cuando los asaltantes y el jefe comunal discutían, salió su mujer para ver qué sucedía afuera. “No pasa nada y entrá a la casa”, dicen que le dijo Juez a su compañera. En ese momento, el intendente arrojó la billetera al asfalto y los delincuentes desaparecieron, sin que una camioneta del Comando de Acción Preventiva (CAP) estuviera presente, aunque es su obligación custodiar durante la noche –desde alguna de las esquinas– la vivienda del intendente.
El comisario Pablo Nieto aceptó la negligencia policial y señaló que “lo sucedido no deja de llamar la atención y por tal motivo iniciaremos un sumario administrativo para saber por qué el móvil policial no estaba en el lugar donde tenía que estar”. Por su parte, el ministro de Seguridad de la provincia, Carlos Allesandri, calificó el episodio como “desagradable” y “desgraciada circunstancia” y resaltó que Juez “no tiene custodia personal porque él no quiere”. Tan cierto, como que la policía provincial que él comanda casi deja a la ciudad sin jefe político.