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Impedir que las topadoras sigan desmontando la selva salteña. Ese es el objetivo de los activistas de Greenpeace que, conduciendo motocicletas, impidieron ayer que las máquinas avancen sobre la vegetación. Además, en la topadoras donde no había operarios trabaron los sistemas de tracción. La acción, que es acompañada con una campaña por Internet, se desarrolla en la reserva de Pizarro –a 260 kilómetros de la capital provincial–, el lugar que el gobernador Juan Carlos Romero vendió meses atrás a empresas privadas.
De esta forma, integrantes de la organización impidieron la utilización de cuatro topadoras que realizaban tareas de desmonte en el límite de la reserva de Pizarro. Los activistas, que son pilotos de motocross, también se subieron a las topadoras y bloquearon la utilización de las orugas, el sistema por el cual se movilizan.
El director de Campañas de Greenpeace, Juan Carlos Villalonga, explicó que la finalidad de la protesta “es reclamar al gobierno nacional que intervenga para frenar los desmontes que amenazan con destruir los últimos bosques nativos del país si no se toman medidas urgentes”.
La zona, de 2700 hectáreas, que está siendo sometida a intensas operaciones de desmonte, pertenecería a la empresa MSU SA y Manuel Courel, agregó la organización. La acción que realizó Greenpeace con motos fue “la primera de estas características a nivel mundial, en el monte, donde las motos fueron empleadas como los clásicos gomones que en el mar bloquean los arpones de los buques balleneros”, resaltaron los activistas.
La organización convocó a una “ciberacción mundial” en la que solicitó a los usuarios de Internet que exijan a las embajadas y consulados argentinos una acción decidida del gobierno argentino para frenar los desmontes.