EL PAíS › EL TRADUCTOR OFICIAL DECLARO POR LOS CASETES DEL CASO AMIA
Para el juez fue teléfono descompuesto
El juez Bonadío dará por cerrado el episodio de los 45 casetes del caso AMIA. Ayer declaró el traductor de Cancillería que participó de la reunión entre Kirchner y la comunidad judía.
Por Raúl Kollmann
El juez Claudio Bonadío dará por cerrado el episodio de los famosos 45 casetes que fueron el centro de una controversia –o confusión– entre el Gobierno y dirigentes de la comunidad judía. Ayer, el traductor de la Cancillería, que estuvo en el encuentro entre Néstor Kirchner y los hombres del Comité Judío Norteamericano, no echó demasiada luz sobre el tema. Recordó que se habló de casetes, pero sin mayores precisiones, e incluso dijo que se le confundían las reuniones, por cuanto sirvió como traductor en cuatro encuentros de los dirigentes norteamericanos con funcionarios o dirigentes argentinos. “Esto fue un lío entre alguien que seguramente explicó mal, Kirchner, y otros que entendieron mal, los dirigentes de la comunidad judía. Para la causa judicial el tema dejó de tener relevancia, porque no se ha podido precisar si los casetes existen todavía y quién los ocultó”, le dijo a Página/12 una alta fuente del juzgado que encabeza Bonadío.
Walter Kerr no fue ayer concluyente y su testimonio no sirvió para definir si efectivamente se encontraron los casetes o si hubo una confusión en la que alguien explicó mal y otro entendió mal.
- El traductor dijo que está seguro que se habló de casetes.
- “No puedo asociar ningún número a esos casetes. O sea, no tengo recuerdo de cuántos casetes se mencionaron.”
- “Las notas que tomé de aquella reunión las rompí ese mismo día.”
- “De todas maneras, yo anoto algún índice económico, un número complicado, pero no suelo anotar los números sencillos, como podría ser la de algunos casetes.”
- “Recuerdo la palabra casetes, pero no tengo claro quién la dijo, cuál fue el sentido. Yo me concentro en la traducción, en las palabras, no en el contenido o el significado de lo que se está diciendo.”
La vaguedad de la declaración de Kerr, sumada a que reiteradamente contestó “no me acuerdo”, le dejaron al juez Bonadío la impresión de que este aspecto del expediente no da para más.
La causa que está en manos de Bonadío no se inició ni terminó con los casetes. En verdad, el magistrado intervino porque está a cargo de un expediente en el que se abordan las irregularidades en la investigación del caso AMIA. La causa se inició con la declaración de Claudio Lifchitz, quien fuera secretario del juez Juan José Galeano, y una de las acusaciones contra Galeano es que ante la pérdida de los 66 casetes –en la Policía Federal y en la SIDE–, el juez denunció a los uniformados de azul y no a los espías. El argumento siempre fue que Galeano mantenía fuertes relaciones con la SIDE y por ello esquivó hacer la denuncia.
Con ese enfoque, a Bonadío le interesó todo el affaire casetes porque si las cintas hubieran aparecido, por ejemplo, en la SIDE, quedaría claro que Galeano cometió una irregularidad porque debió denunciar a la central de espías como lo hizo contra la Federal y específicamente contra el comisario Carlos Castañeda, en aquel entonces jefe de la división Protección del Orden Constitucional. Sin embargo los casetes no aparecieron y en el expediente hay un remito firmado por el comisario Jorge Palacios en el que consta que se llevó 45 casetes. Por ello, la sospecha mayor es que desaparecieron de la Federal.
En el juzgado creen que Kirchner no explicó bien y que el presidente de la AMIA, Abraham Kaul, interpretó mal lo dicho. En la declaración de Kaul del viernes, el fiscal Cearras le preguntó al titular de la AMIA si cuando Kirchner hizo una revelación que se consideraba de tal envergadura no le preguntó nada al Presidente. Kaul contestó que no, que quedó paralizado y que el Presidente lo dijo al pasar. Paralelamente, está el hecho concreto de que el Gobierno, si se trataba de un error, no salió a desmentir la información de inmediato. En suma, que para Bonadío todo se trató de unaconfusión y, por lo tanto, no le agregaría ni le restaría nada al expediente sobre las irregularidades en la investigación del atentado.